Los expertos epidemiólogos no se ponen de acuerdo. O de otra forma, están de acuerdo en que no pueden pronosticar si el monstruo se quedará dormido o despertará con furia en estos últimos días del año. No hay consenso sobre el efecto que tendrá en el país la variante delta, y aunque ya se encuentra opiniones pacificas y difundidas en que la vacunación está cambiando las tendencias y explica las bajos índices de muertes, no dejan de oírse voces que afirman que el esfuerzo aún no es suficiente y estamos desamparados frente a una nueva ola.
Estas semanas los datos han sido sorprendentemente buenos, unos meses atrás hubo días de 700 muertos y se pronosticaba con terror que podíamos llegar a los 1.000. El día 20 de septiembre hubo 29 muertos en todo el país. Los niveles de contagio también han bajado significativamente, y llaman la atención porque se venía diciendo que la vacunación no iba a bajar el nivel de contagios (los vacunados también se pueden infectar) pero sí las muertes.
La otra explicación podría estar en una teoría que hace un siglo con la gripa española se evidenció: nunca hubo una vacuna pero el virus se fue debilitando por un fenómeno de su naturaleza pandémica, explicada por los científicos, pero que puede ser dicho en palabras de vulgo: el que mucho abarca poco aprieta. Una cara de la lógica de esta máxima es la información que dio a conocer el Instituto Nacional de Salud, en otra inferencia sorprendente: el 90 % de la población habría sido infectada por el coronavirus.
Si es cierto que la inmunidad natural, esa mezcla de proteínas, moléculas, linfocitos, IGG, que se hospedarían por largo tiempo, funcionan coadyuvando, con la paralela vacunación, a detener el virus, estamos entrando en un retroceso del coronavirus y el monstruo no despertará.
Ayer, sin embargo, se hizo un llamado en todos los medios de comunicación para que no nos relajáramos. Reafirmando la recomendación del uso de tapabocas y el distanciamiento, especialmente en lugares poco ventilados.
Nos preparamos en Valledupar para un octubre dinámico dentro del proceso de reactivación económica, social y cultural. Ferias de emprendimiento, festival, certámenes variados con amplios aforos. Esperamos que las cosas se den en medio de la felicidad, la reconciliación y el encuentro ciudadano.
CONQUISTANDO LA VISITA DEL VECINO
A raíz de un reciente editorial en el que decíamos que los turistas nuestros estaban en Santa Marta, algunos lectores interpretaron que la estrategia que se proponía era robarle turistas a la ‘bahía más hermosa’.
Señalamos que era una tarea titánica atraer turismo nacional, y, aún más difícil, el internacional, por nuestra localización lejana del mar. Sin renunciar a tener y aumentar nuestros propios y exclusivos visitantes, los más leales, entusiasmados siempre por nuestra música, lo que propusimos fue aprovechar que llegan masivamente a Santa Marta y en parte a La Guajira, y ofrecerles, con una promoción audaz e innovadora, el atractivo que representa conocer el Cesar y la magia de su capital Valledupar y alrededores.