Los terrenos de la hacienda Bellacruz en el sur del Cesar, han sido noticia desde hace tiempo, durante años el caso ha llamado la atención, pues en 1994 el extinto Incora decidió el proceso de clarificación de la propiedad de la tierra que conforma este predio y en ese entonces declaró que predios Potosí, Caño Negro, Los Bajos, San Simón, Venecia, María Isidra y San Miguel, que conforman la mencionada hacienda, eran bienes baldíos de la Nación.
Para el 5 de septiembre de 2011, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural profirió una resolución con la cual se inició el proceso de recuperación de baldíos que fueron ocupados indebidamente de dichos predios que fueron identificándose con precisión luego de inspecciones oculares.
Posterior a eso, el último mes de 2012, peritos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi emitieron un dictamen en el cual se concluyó que no era posible identificar ningún predio baldío. “… a la fecha después de más de 20 años ya no son ubicables, debido a la transformación del paisaje, producto de la ocupación y explotación de los terrenos por parte de una Agroindustria Palmera, lo que resulta prácticamente imposible individualizarlos ante la precariedad de los datos allí consignados con dicho fin”.
Sin embargo, el equipo técnico del Incoder realizó la reconstrucción de los linderos a partir de fotointerpretación, cartografía del IGAC y puntos de GPS post procesados, entre otros elementos técnicos. El análisis integral de las pruebas permitió identificar los predios objeto de recuperación.
En desarrollo de la diligencia de inspección ocular, se determinó finalmente que cinco predios se encuentran dentro de los límites del que en mayor extensión se denomina hacienda Bellacruz (hoy Hacienda La Gloria), los cuales son: Potosí, Venecia, San Simón, Caño Negro y Los Bajos. Se precisó de igual forma, que los predios María Isidra y San Miguel se encuentran por fuera de los límites de la hacienda.
El portal de noticias verdadabierta.com publicó en diciembre del año pasado que “pese a la existencia de tierras de la Nación donde el instituto podía titular a los campesinos, en 1995 el Incora prefirió comprarle a Alberto Marulanda 2.060 hectáreas, distribuidas en cuatro predios periféricos de la hacienda.
Los cuatro lotes comprados, San Carlos, San Antonio, Los Cacaos y Santa Helena, iban a ser titulados a las familias pero el 14 de febrero de 1996, un grupo paramilitar bajo las órdenes de Juan Francisco Prada Márquez alias ‘Juancho Prada’, jefe paramilitar del sur del Cesar, instaló una base en el lote San Carlos y con violencia provocó el desplazamiento de por lo menos 600 campesinos.”
Este año, el Incoder resolvió iniciar las diligencias administrativas que permitan clarificar la situación jurídica de la hacienda Bellacruz ubicada en los municipios de La Gloria, Pelaya y Tamalameque.
Por medio de la Resolución número 00334 del 19 de febrero de 2015, el Incoder declaró la pérdida de fuerza ejecutoria de las Resoluciones 03948 del 6 de agosto de 1990 y 01551 del 20 de abril de 1991 que fueron emanadas por el gerente del desaparecido Incora.
Por Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN
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