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Se derrumba la política de seguridad democrática

Por: Jacobo Solano

En la dimisión del Ministro Rodrigo Rivera, que estaba cantada desde hace un tiempo, incidieron muchos factores;  siempre fue visto más como un político que como un estratega militar, y eso provocó profundas diferencias dentro de las propias filas de las Fuerzas Armadas. Luego de un año frente al cargo, anticipó su salida, programada para el mes de noviembre, en medio de críticas de diversos sectores por  la situación del país en torno a la seguridad, que es grave y tiende a empeorar. Los grupos armados están volviendo a hacer presencia de manera notoria: la semana pasada en el municipio de González, una arremetida de la guerrilla contra la Fuerza Pública, dejó como saldo cinco policías muertos; las circunstancias con las bandas criminales en el departamento de Córdoba no tienen control, y generaron un enfrentamiento entre el Ministro saliente y su Gobernadora. Asimismo, los pocos golpes a la estructura de las Farc han permitido que se reacomoden y aplican su antigua estrategia, volver a la guerra de guerrillas. Y si a todo esto le sumamos que la  percepción de inseguridad en los colombianos es del 68% según una reciente encuesta, practicada por el Centro Nacional de Consultoría, el ex ministro Rivera, ahora futuro embajador de Colombia ante la Unión Europea, no podía mantenerse en su cargo. Pero también hay razones de fondo que el presidente Santos no mencionó y que son un secreto a voces: un golpe al presidente Uribe, con quien no tiene muy buenas relaciones, para iniciar el desmonte gradual de la política de seguridad democrática, lo que le abriría espacio a una solución negociada al conflicto y de paso recuperar el control del Ejercito, con un ministro de su confianza como Juan Carlos Pinzón.
La apuesta de Santos es implantar su propio esquema, porque no reconoce, ni valida el del gobierno Uribe;  un profundo error, porque en el Ejército la desmoralización de la tropa es patente, por el cambio de estrategia, y más, cuando se tenía al enemigo acorralado y a punto de negociar, dejando puntos sin resolver como la captura de Alfonso Cano, quien cada vez que quiere evade los cercos de las autoridades. Enfrentar de forma efectiva a las bacrim que están haciendo presencia en muchos lugares del país, garantizar la seguridad electoral dado que hay tantos municipios en riesgo y enfrentar la inseguridad en las ciudades que se ha venido deteriorando.
El reto que enfrenta el nuevo ministro Pinzón, sin duda es arduo, dentro de sus grandes desafíos están:  continuar la ofensiva militar contra los grupos armados ilegales, fortalecer la motivación y la confianza de las tropas, ejecutar las nuevas políticas, y enfrentar la batalla jurídica que libran los soldados y policías por combatir el crimen organizado. Esperemos por el bien de Colombia que el Presidente Santos con este timonazo, recobre gobernabilidad, logre restablecer la armonía dentro del estamento militar y demuestre que los logros cuando actuaba como ministro de Defensa, no eran por el liderazgo que ejercía el ex presidente Uribe, quien mantuvo una relación estrecha con los militares, lo que no ha hecho Santos y que ha sido el principal condicionante para que no se vean avances en seguridad.
Estocada: Felicito a Gleidys Rincón, la estudiante de la UPC y candidata a la asamblea por el partido de la U que posó en topless, por atreverse a romper esquemas en una sociedad anticuada y doble moralista. La conocí y me pareció interesante su propuesta, además tiene al mundillo político revolucionado y preocupado por su posible llegada a la duma.

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