La llegada de Alejandro Gaviria al partidor presidencial abre un abanico de posibilidades para reacomodar la escena política. Pese a que marca poco en las encuestas, es un candidato que tiene mucho por crecer para apropiarse de la corriente de centro; viene del establecimiento, trabajó con Uribe y Santos, pero se muestra como una opción fresca y diferente, con un discurso seductor, reposado y académico que puede gustarle al país, mucho más a la juventud por sus propuestas liberales.
Sus posibilidades dependen en gran medida del declive de Sergio Fajardo, procesado por la Fiscalía, quien se aferra a una candidatura sin futuro, por sus ambigüedades a la hora de tocar temas y por el juicio que adelantará la Corte y del cual será muy difícil desmarcarse, aunque sigue bien en las mediciones, lo que no se sabe es hasta cuándo.
También regresa el desgastado Oscar Iván Zuluaga, que poco a poco ha ido tumbando precandidatos en el Centro Democrático, ya declinó Paola Holguín y acaban de bajarse del bus los ilustres pensadores y estadistas: Ernesto Macías y Carlos Felipe Mejía; ahora va por María Fernanda Cabal, que seguro negociará su retiro, y por Rafael Nieto y Paloma Valencia, que no tienen trabajo político.
Oscar Iván llega con la capa de súper héroe a salvar el uribismo, la gran pregunta es: ¿Lo logrará después del desastre de Gobierno de Duque? Muy complicado, porque además es un candidato con un pasado bastante turbio (hacker y Odebrecht). Este señor es el reflejo del desgaste de la derecha uribista, que tiene que reencauchar a quien sea, así no tenga credenciales éticas para aspirar, pero es lo que hay y con eso se la jugarán para que no nos volvamos Venezuela.
Entre los exalcaldes precandidatos, el mejor posicionado es Rodolfo Hernández, pero no le alcanzará, es una mala copia de Trump y ya eso es mucho decir; también están ‘Fico’ Gutiérrez que se impone sobre Peñalosa, pero nunca logró conectar con nadie; y Alex Char, que tampoco despegó y prefiere jugar sus cartas por la Alcaldía de Barranquilla, donde siempre será el rey, aunque sea comprando votos, como denunció Aida Merlano.
Una figura que puede dar la sorpresa es Juan Manuel Galán, quien, con el oxígeno del nuevo Liberalismo, enarbolará las banderas de su padre para crear un globo aerostático que no está claro hasta dónde pueda elevarse; dependerá esencialmente de a quién deje montar, puede ser protagonista con una buena votación.
La Coalición de la Esperanza, cada día más reventada y sin opción, y, por último, Gustavo Petro, quien ha bajado su intención de voto en las últimas encuestas, pero sigue siendo el candidato a derrotar, con los porcentajes que muestra tiene puesto asegurado en segunda vuelta.
Se inicia la campaña presidencial más crucial de nuestra historia, con temas de país que marcarán el futuro de la nación, después de la crisis más aguda en mucho tiempo, debido a la corrupción acumulada y a la pandemia. Ningún precandidato puede decir que tiene el triunfo asegurado, hay muy pocos con opción, y dependerá de quien sepa canalizar las necesidades de la gente en temas de medio ambiente, empleo, inseguridad, paz, política anti-droga, desarrollo agrícola, corrupción y muchos más que requieren un cambio de óptica, para que se dé la tan anhelada transformación.
@JACOBOSOLANOC