Por Gustavo Cotes Medina
El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, considera que terminó el primer tiempo del gobierno Santos caracterizado por los ajustes, enmiendas, cambios fundamentales y correcciones. Ahora se inicia la etapa de la gran inversión y de la ejecución presupuestal, para que el Gobierno pueda funcionar sin trabas, con fluidez y sin miedos burocráticos, pero cuidando los recursos. Hoy, el funcionamiento imperfecto del país está haciendo que los recursos se queden estancados en sus arcas y en el sector financiero- fiduciario.
Es urgente y necesario mejorar los procesos de ejecución que están navegando en un mar de dificultades. ¡Antes en Colombia era muy difícil conseguir la plata y ahora el problema es cómo invertirla! Se necesita un Estado gerencial que sea eficiente, transparente y eficaz para que los recursos lleguen a donde se necesiten y a tiempo. ¡En este segundo periodo tenemos que desatar los nudos existentes para que el país pueda avanzar!
A pesar que se sienten síntomas de freno y señales débiles en los sectores agrícolas e industrial, estos son el 20% de la economía nacional, pero la minería, servicios públicos, comercio, transporte, telecomunicaciones y el sistema financiero, que tienen un peso superior a la mitad de la economía, están creciendo por encima del 4,5%.
Lo anterior descarta el riesgo de enfriamiento y confirma el buen estado de la economía nacional. Con el avance en la baja de las tasas de interés y el aumento en las compras de dólares, se le está dando una ayuda importante a la industria, a la agricultura y a toda la economía. Además, el Gobierno tiene disponibles en el Banco de la República 24 billones de pesos para invertir y pagar. ¡De esta manera, nuestros mandatarios se pueden comprometer con obras porque la plata está en caja y el problema no es de liquidez, es de gerencia y de ejecución presupuestal!
El presupuesto de inversión aumentó de 36 a 40,7 billones de pesos porque está mejorando el ahorro público, y el déficit fiscal pasó de 21 a 6 billones de pesos. ¡El país está ahorrando 15 billones de pesos al año! Para crecer tenemos que ser reiterativos en la necesidad de mejorar y destrabar los procesos de ejecución en todos los sectores, y de esta manera estaremos juntando la plata con la necesidad. El tren burocrático tiene que aumentar su velocidad para que pueda funcionar de manera integral.
Romper el cuello de botella de la lentitud en los ministerios debe ser una prioridad del Gobierno Santos sin descuidar, de ninguna manera, la debida probidad y eficiencia en cada una de las iniciativas. ¡Es imperativo identificar las áreas en las que se tiene que ser más eficaz!
La crisis global muestra que nuestro país tiene una verdad tranquilizadora, pero debe mirar con ojo avizor lo que ocurre más allá de nuestras fronteras, especialmente con la liquidez internacional y con los precios de las materias primas que exportamos. Hoy, el planeta está afectado por la desaceleración, pero Colombia tiene la ventaja de una economía en constante crecimiento, reconociendo la evidencia que ningún país está blindado contra esta situación.
Es verdad que falta luchar con mayor decisión y audacia contra la apreciación del peso para contener un flagelo que golpea con fortaleza al sector real. El país, con el buen comportamiento de los recaudos tributarios, ha logrado aumentar el gasto y reducir el déficit a niveles muy bajos, lo cual permite adelantar sus políticas expansivas.
El gobierno del presidente Santos tiene que pisar el acelerador a fondo para que este semestre sea el inicio de las grandes inversiones públicas, con mensajes claros de transparencia y coherencia en todos los sectores, porque el país no resiste más frustraciones y necesita con urgencia resultados medibles en seguridad, empleo, salud y en la lucha contra la corrupción.
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