Sin agua potable e incomunicados se encuentran los habitantes del corregimiento del Alto de la Vuelta, al norte de Valledupar, desde que inició la temporada invernal a causa de la falta del puente Guayacán, que con el crecimiento del Río Seco quedó limitado el paso de vehículos a esta población.
De precaria calificó la situación a la que se enfrenta esta comunidad el líder comunitario Nadin Toloza, quien solicita apoyo al gobierno municipal y al departamental. “Cada vez que llegan el invierno, nosotros quedamos incomunicados y nos asiste una gran preocupación por que, al parecer, en esta oportunidad el invierno va a ser más fuerte”, recalcó.
Según dio a conocer Toloza, hace más de 10 días, ni automóviles ni camperos podían ingresar a esa comunidad, generando represamiento de cultivos que no pueden ser llevados al casco urbano. “Solo atraviesan los tractores y tenemos que hacer malabarismos para poder pasar los alimentos”.
Los niños son otros de los afectados por la falta del puente que desde hace nueve meses prometió el alcalde Augusto Ramírez, durante un concejo de gobierno realizado en la población junto a su gabinete y el Concejo Municipal.
“Los niños que están estudiantes del Alto hacia Guacoche y del Alto hacia Badillo, nos toca atravesarlos corriendo el riesgo que ocurra una accidente para que no pierdan clases. El año pasado el alcalde y los concejales se comprometieron con esta comunidad pero no vemos que hay un documento o proyecto para la construcción de este puente”, manifestó el líder, que además es el presidente del consejo comunitario Graciliano Francisco Guillén.
De acuerdo con Toloza, esta comunidad ha estado a la espera de esas promesas por más de 50 años, por lo que están dispuestos a luchar por sus derechos. “Es vergonzoso que estando escasos 15 minutos de Valledupar, en pleno siglo 21 estemos incomunicados. Estamos organizando un plantón, en vista que las promesas de los gobernantes no se vislumbran. Siempre es lo mismo y cada año es peor”, enfatizó.
La creciente del río también ha ocasionado daños al acueducto debido a la cantidad de arena y palos que este arrastra.
Campesinos, productores y ganaderos de la zona solicitan al alcalde Augusto Ramírez Uhía la instalación del puente, que el mandatario declaró llevaría el nombre de Graciliano Guillén, en honor a un poblador de este corregimiento cercano a los corregimientos de Guacoche, Guacochito, Badillo y Las Raíces.
“Hace días podían pasar las motos por que el río no estaba tan alto, pero ya nadie se atreve a pasarlo, solo los carros grandes o los tractores”, concluyó Toloza.
La Paz y Manaure
En el municipio de la Paz se ha declarado la emergencia en la prestación del servicio de agua, debido al arrastre de gran cantidad de lodo, barro, árboles secos y una gran cantidad de sedimento, presentado por las crecientes del río Chiriaimo que conllevó a la suspensión del servicio.
“Hemos solicitado apoyo a los cuerpos de socorro municipales y del departamento y a la Policía Nacional para que con sus vehículos apoyen en este difícil momento. En las próximas horas estaremos llegando a sus hogares con carrotanques para abastecer los diferentes barrios del municipio”, dijo la alcaldesa Andrea Ovalle.
En Manaure ya cumplen cinco días sin el servició. La comunidad se encuentra molesta por que ni el alcalde Ever Santana, ni la gerente de servicios públicos, Lineth Maestre, porque no han planteado planes de contingencia para la comunidad.
“Es primera la vez que el municipio atraviesa por esa situación. La comunidad del municipio le ha tocado bajar a los manantiales y los que pueden compran agua traída de Valledupar y cada galón cuesta alrededor entre dos mil y cinco mil pesos”, indicó una afectada.
EL PILÓN intentó comunicarse con el alcalde Ever Santana pero no fue posible contactarlo.
Por: Ariadne Osorio Ponce/ EL PILÓN
ariadneosoriop@gmail.com