Contaba un recién graduado abogado, quien acababa de llegar a Valledupar, después de recorrer varias ciudades del estado de California, Estados Unidos, que es sorprendente la cantidad de jóvenes profesionales guajiros y cesarenses que han migrado hacia ese país.
Sorprendido contó que en un solo mes del primer semestre de este 2024 llegaron, a varios sitios de California, más de 500 jóvenes profesionales, procedentes de los municipios de El Molino, Villanueva y San Juan del Cesar, en La Guajira; y de Valledupar, La Paz y San Diego, en el Cesar, algunos hijos de familias prestantes, en busca de mejores oportunidades de ingresos.
Esa situación refleja la alta incidencia económica que tiene Estados Unidos sobre Colombia (solo para mencionar un aspecto un tanto sencillo) de la que no escapan regiones como la nuestra, por ello se tornan de gran importancia las elecciones presidenciales que se desarrollarán este martes en ese país.
Sin duda que la elección del próximo presidente de Estados Unidos, entre los candidatos Kamala Harris y Donald Trump, tendrá repercusiones globales y, de manera particular, afectará a miles de jóvenes del Cesar y La Guajira que persiguen el llamado “sueño americano”. Al igual que en todo Colombia, en nuestra región, esa promesa de prosperidad ha sido, durante décadas, una aspiración para muchos.
Han de esperarse posibles transformaciones según el presidente que sea electo. Los dos principales candidatos representan visiones radicalmente diferentes sobre temas que afectan a los migrantes. Si el nuevo presidente adopta posturas más estrictas en cuanto a inmigración, muchos jóvenes que desean ir a estudiar o trabajar podrían ver truncados sus sueños.
Para los jóvenes que buscan empleos en sectores que dependen de la mano de obra migrante, una política migratoria más restrictiva podría reducir las posibilidades de acceder a trabajos temporales.
El impacto directo sería no solo la limitación de esas oportunidades, sino también la reducción de las remesas que usualmente envían a sus familias en el Cesar y La Guajira, lo cual afectaría las economías locales.
Al explicar los posibles escenarios, expertos en la materia consideran dos eventualidades: una es un endurecimiento y la otra podría ser una relativa flexibilización.
Así las cosas, lo que se podría esperar es un gobierno que busque continuar o intensificar las políticas restrictivas de los últimos años, eso implicaría un sueño más lejano y costoso para los jóvenes migrantes. En este escenario, los programas de protección como el DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), que permite a jóvenes inmigrantes sin documentos trabajar y estudiar en EE. UU., podrían verse amenazados.
Por otro lado, un gobierno más abierto a la inmigración podría relajar ciertas restricciones, ampliando las posibilidades para que los jóvenes, entre ellos del Cesar y La Guajira, accedan a becas, programas de estudio y oportunidades laborales.
Pero, independiente de lo que suceda este martes en los Estados Unidos, es responsabilidad de los gobiernos locales nuestros prestar mayor atención a las necesidades de sus jóvenes. Deben articular programas y convenios internacionales que no solo abran oportunidades en Estados Unidos, sino que también potencien la movilidad hacia otros países y la inserción laboral dentro de Colombia.