Ustedes los amantes de nuestra música vallenata conocen muy bien la canción pegajosa que se titula como esta entrega y es probable que muchos no compartan conmigo la apreciación que quiero poner de presente. Por estos días le escuché decir a un amigo, que la crisis de nuestra música obedece a que los buenos compositores de vallenato se acabaron ya, me llamó la atención el tema y por eso quiero hacer este análisis.
Inicio afirmando tajantemente que no es cierto que los buenos compositores se hayan acabado, pero además que eso también haya pasado con nuestros buenos intérpretes. Lo primero que hay que decir es que no todos los buenos compositores se han muerto, incluso son muchos los que nos quedan vivos de aquella época gloriosa del vallenato y podrían ser centenares.
Tampoco es cierto que estos mismos compositores hayan dejado de componer canciones del nivel de aquella época, yo personalmente se las he escuchado: A Sergio Moya, Roberto Calderón, Rafa Manjarrez, Jacinto Leonardy Vega, Franklin Moya, Luis Egurrola, Iván Ovalle, por solo mencionar a algunos amigos cercanos, pero son muchísimos más, no se imaginan la cantidad de canciones inéditas buenas y que podrían ser exitosas.
La pregunta del millón es ¿Y por qué no se las graban o si se las graban por qué no pegan? Vamos por partes. En la época dorada del vallenato la costumbre era que los intérpretes visitaban a los compositores y le pedían que estos le cantaran varias canciones para escoger al gusto y estilo del cantante y acordeonero, eso hoy en día no existe. Ahora el cantante le solicita al compositor que le haga una canción en el ritmo que quiere y hasta le señala lo que quiere que diga la misma, este sistema moderno me parece que sí es una de las causas para no escuchar en cantidad buenos temas.
Ahora, cuál será la causa por la que cuando se graba una buena canción vallenata esta no es precisamente la que se convierte en éxito. Tengo una hipótesis, y es que los éxitos, que entre otras cosas son muy efímeros, ya no los hace el pueblo escuchando y escogiendo libremente, si no los medios modernos, como las redes sociales e influencers, que en su gran mayoría tienen intereses puramente económicos y que en nada les importa la calidad o la protección de nuestra cultura y folclor.
De otra parte, también debemos tener en cuenta que, al consumismo mediático, no le interesa para nada la conservación de lo tradicional, ni la poesía, ni los valores, vive más pendiente de la fama fugaz y del dinero fácil y allí encuentra un terreno bien abonado en una juventud que ve la vida de otra manera, tal vez sin tanta trascendencia, que tiene otras prioridades, entre las que se cuenta la lujuria y la poca formalidad.
En conclusión, no se han acabado los buenos compositores y tampoco las buenas canciones, pero además hay nuevos compositores con repertorios excelentes y también hay excelentes intérpretes por estas épocas, solo que, en cuestión de difusión masiva, el palo no está para cucharas.
COLOFÓN: Se calienta la cosa política local y en lo que tiene que ver con la aspiración a la Alcaldía de Valledupar veo con buenos ojos como la juventud está mandando la parada, a estas alturas ya tenemos varios buenos nombres para barajar, y eso es positivo para la democracia, nos urge un alcalde que piense en lo ambiental, en lo cultural, en el turismo y más en lo social que en el cemento.
Por: Jorge Nain Ruiz