Los cesarenses nuevamente se ilusionan con la visita del presidente de la República, Juan Manuel Santos.
Viene otra vez a un Acuerdo por la Prosperidad –APP-, en los que acostumbra hacer anuncios, entregar una que otra obra y cumplir de manera estricta la agenda que viene preparada desde Bogotá, cortando incluso la participación de alcaldes, líderes comunitarios y periodistas.
Van más de tres APP en lo que va de su gobierno. Muchos anuncios y poca concreción de los mismos.
Los ‘remedios’ que esperamos los cesarenses del presidente Santos es que se cristalicen los programas y proyectos anunciados: Más y mejores vías, la culminación de la carretera Valledupar-Badillo- San Juan; la cofinanciación, con la Gobernación, del ambicioso programa de vías terciarias para beneficio de la población campesina, entre otros.
Igualmente, que se hagan realidad, en plata constante y sonante, los $150.000 millones que se requieren para reposición de redes de agua necesarias para las obras del Sistema Estratégico de Transporte de Valledupar y un reservorio para garantizar el suministro estable de agua potable a la ciudad, petición hecha por el alcalde Freddy Socarrás en su última visita.
Otro remedio anhelado es la solución al problema del contrabando de gasolina y la recuperación del municipio de La Paz.
Que los programas de reactivación y sustitución laboral que debe liderar Ecopetrol se ejecuten cabalmente y que proyectos de interés social como la Universidad Nacional, la nueva vía Valledupar-La Paz y la planta de Cemento, con ésta se comprometió hace dos años, se lleven a cabo.
También que impulse un Régimen de Fronteras, cosa que no ha hecho, como tampoco obras de impacto fronterizo. Es necesario recordar que el Presidente Santos no mantuvo la disposición de Uribe de permitir Zonas Francas Especiales en los municipios fronterizos con Venezuela.
El Presidente está tan caído en las encuestas, que si quiere subir un poco su imagen, por lo menos en el Cesar, un Santo remedio sería ser más deferente con los periodistas y los medios de comunicación y mostrar menos displicencia con la prensa vallenata, a la que no ha atendido ni siquiera en una rueda de prensa y menos entrevistas personalizadas.
Definitivamente, si todo esto se logra y se mejora la seguridad en los barrios, junto a las alcaldías, y se logra la paz, con lo que implica para la vida y la reactivación para el campo, haremos, en cualquier tiempo, un Festival Vallenato extraordinario en homenaje a ese maravilloso resultado y a su persistencia personal.