Un proyecto que nació hace seis años con el fin de distribuir en el mercado internacional un café de calidad, que involucra al productor en el proceso de comercialización, es Santa Tirsa State Coffee, impulsado por Kelly Villazón en compañía de sus socios Camilo Argüello y Nelson Villazón, emprendedores y caficultores colombianos.
Kelly viene de una familia con amplia cercanía al cultivo del café que se sustentó después de la muerte de su padre con la venta del mismo. Ella nació y vivió parte de su niñez en el municipio de Pueblo Bello, es la tercera generación que se dedica a esta tradición y ahora lo ha convertido en un modelo de negocio tanto para ella como para las demás familias de la Sierra Nevada de Santa Marta que en la zona del Magdalena y Cesar también se han criado con esta tradición.
Es administradora de empresas con especialización en Q grader, que la acredita como catadora internacional, clasificadora y analizadora de la calidad del café a nivel mundial, específicamente de café arábigo, que se cultiva en Colombia.
Con la marca de café Santa Tirsa, que debe su nombre a una de las fincas familiares que fue bautizada así en honor a una de las hijas de su bisabuelo, exporta café especial desde el año pasado a algunos países de Europa, donde se reconoce el café colombiano por la variedad que las diferentes cosechas permiten brindar.
“Ofrecemos la calidad porque tenemos una supervisión y una visión del impacto que le queremos dar a la zona que no se limita a vender el café y llevarnos las ganancias porque no es lo que buscamos. Buscamos que haya una comunidad beneficiada también; nosotros nos beneficiamos porque nos brindan su producto y nosotros a ellos un mejoramiento de la calidad de vida, no solamente vendemos un café, vendemos una tradición, vendemos una marca, vendemos una historia” asegura Kelly Villazón.
Frente al producto que ofrece Santa Tirsa, hay una gran acogida que lo ha llevado incluso a ser escogido hace poco para ser la base del concurso nacional Coffee Book.
TAYRONACA
Como parte de todo el proceso empresarial y con el fin de apoyar alrededor de 500 familias de arhuacos y colonos, nació la Fundación Tayronaca. A través de esta fundación logran un impacto social en la calidad de vida de los productores a través de las primas que ellos se ganan por la venta del café, con lo que reciben una prima por ser un producto orgánico y por comercio justo. La primera ganancia va al cultivador y con la otra, el comité que integra toda la comunidad perteneciente a la fundación realiza una inversión para el mejoramiento del medio ambiente, brigadas de salud o algún otro factor que beneficie la zona.
Además proyectan con esta fundación, generar un ecoturismo en la zona que les permita traer a los clientes y visitantes en general, para que realicen recorridos, vayan a las fincas, conozcan los cafetales y todo el paisaje de la Sierra con la experiencia completa que brinda a quienes allí llegan como se hace en otros lugares del país.
LA TRILLADORA
En Pueblo Bello, que es un lugar ideal para la conservación del café por las temperaturas, han abierto la primera trilladora de Santa Tirsa, con esto además de generar empleo, organizan la parte vertical de la cadena en la que preparan el café para la exportación. Igualmente controlan y supervisan la calidad del producto que en muchas ocasiones era cambiado en otras trilladoras, lo que generaba inconvenientes con los clientes y perdían importantes recursos económicos. Para mantener el flujo de ventas en las exportaciones, producen y compran en las fincas de la zona, donde una sola puede generar alrededor de veinte toneladas y teniendo en cuenta que las cosechas solo se dan durante un período del año hay un inventario permanente que se protege con un tipo de empaque que va junto con el saco de yute, lo que permite que el café se pueda conservar hasta por un año.
LOS CLIENTES
En cuanto a quienes compran y consumen el café de Santa Tirsa, la mayoría se concentra en Europa, principalmente en Alemania, Italia y Suiza, quienes se han encargado de llevarlo a más zonas.
“Aquí vendemos en pergamino, que es cuando está con la cáscara dorada que se vende a grandes empresas que vienen a Colombia y se les pone en el puerto”, explicó Villazón, con relación al comercio que hacen en Colombia y que aún es muy limitado, puesto que no manejan un producto demasiado comercial dado sus costos, pero al que las personas pueden acceder directamente en Pueblo Bello y en poco tiempo a través de las redes sociales.
PROYECCIÓN
En cuanto a la visión que existe en torno al café de Santa Tirsa y todo lo que está relacionado directamente con este proyecto como lo es la fundación, la trilladora y la empresa de exportación buscan una mayor internacionalización amparada en la calidad y diferencia del producto.
De igual manera quieren que el productor se involucre de manera activa en todo el proceso que tiene la cosecha y no se limite a la venta que realizan, sino que sigan atentos a lo que pasa en el camino y el impacto que consigue lo que producen con sus manos.
Santa Tirsa State Coffee es una marca joven que conserva un legado de tradición, representa a toda una zona característica de Colombia que con este producto tiene la oportunidad de abrirse al mundo y representa tanto para Kelly, como para sus socios, un reto empresarial lleno de muchos logros aún por alcanzar.
Para ella especialmente ha significado la materialización de un sueño y la superación de muchos obstáculos que experimentó en principio cuando le resultó difícil abrirse un camino ante las limitaciones que encontró en Colombia donde halló mucho hermetismo y recelo.
Mientras tanto trabajan de la mano con toda la comunidad que se dedica hace años al café como modo de vida y siguen tocando puertas en todo el mundo para ampliar el alcance del café Santa Tirsa y llevar una parte de Colombia cargada de calidad e historia.