San Alberto es un municipio en el sur del departamento del Cesar, con una superficie de 676,1 km² y una población de 24.912 habitantes, según datos del Sisbén, que dependen en su mayoría del sector palmicultor; las tres cuartas partes de los habitantes de la cabecera municipal pertenecen a una familia vinculada a la producción de aceite de palma.
Además, la ganadería es otra importante fuente de ingreso de la localidad, seguida del comercio que es muy dinámico en la cabecera y en los principales núcleos poblados, lo cual se refleja en la ascendente cifra de establecimientos registrados en el municipio.
Hoy esta población que limita con el departamento de Santander es reconocida por ser el municipio menos pobre del Cesar, al pasar de tener un índice de pobreza multidimensional de 77% en 2005 a un 27,3% en 2014, lo que representa una reducción de 49,7%.
Esto relacionado con la manera en que sus habitantes acceden a los servicios con los que satisfacen sus necesidades de salud, educación, vivienda, trabajo, servicios públicos y los destinados a la juventud y la niñez; determinando así mejor calidad de vida.
De esta manera, San Alberto supera hasta la media nacional que pasó de un 80% a un 45,7% para las mismas fechas, es decir, que en Colombia se redujo la pobreza en un 34,3%.
Según el actual mandatario de San Alberto y su antecesora, esto se ha logrado gracias a la inversión hecha en el sector social, que debe convertirse en la base de toda administración para que las comunidades tengan una mejor calidad de vida.
Este municipio recibe aproximadamente 2.600 millones de pesos producto de regalías, las cuales se han invertido en infraestructura deportiva y educativa, para brindarles mejores espacios a la juventud y a la niñez, mientras que en otros municipios, el dinero es invertido en pavimentación y grandes obras, sin tener en cuenta lo social. “Ahí está la diferencia”, aseguró el alcalde Pedro Guevara.
Según un informe presentado por el analista Fernando Herrera, la asignación de los recursos de regalías se invierte en primer lugar en cemento, seguido del sector educativo, vivienda. Posteriormente, están los rubros de cultura, recreación y deportes, salud y protección social. En sexto lugar aparece agua potable y saneamiento básico.
Sin embargo, la recomendación del analista es priorizar el gasto de acuerdo con las necesidades más sentidas de las regiones, siendo acueducto y alcantarillado una de ellas.
Es así que San Alberto ha hecho un buen trabajo en la lucha contra la pobreza y se convierte en un ejemplo a seguir por sus buenas prácticas en desarrollo. Es el único municipio que tiene un índice de pobreza multidimensional menor al promedio nacional en 2014, todos los demás lo superan, y lo preocupante es que el ritmo al cual viene disminuyendo la pobreza municipal en el Cesar es muy lento.
Nuris Cataño, exalcaldesa, dio a conocer que en 2012 cuando llegó a la administración municipal, San Alberto tenía necesidades muy sentidas como el tema de vivienda que es algo básico y fundamental para el bienestar de las familias, “por eso le aposté de la mano de la Gobernación del Cesar, a la consecución de un buen proyecto. Logramos 300 soluciones que pronto serán entregadas y apostándole a escenarios deportivos, la participación ciudadana desde la niñez hasta el adulto mayor en todos los componentes”, expresó.
Dijo además que trabajó de la mano de los campesinos, dándole la importancia y relevancia que merecen, porque de ellos depende la producción de gran parte de los productos básicos de la canasta familiar.
“Cuando yo ingreso a la administración encuentro que para San Alberto solo hay 400 millones de pesos por regalías y me voy al DNP a pelear por los recursos que necesitábamos, porque teníamos muchas falencias y muchas familias vivían en hacinamiento, y sin los servicios básicos necesarios”, acotó la exmandataria.
Aseguró que la pobreza en el municipio era muy sentida y eso la motivó a jalonar recursos para satisfacer las necesidades básicas insatisfechas, así como el mejoramiento de las vías terciarias.
“En el DNP me dijeron que San Alberto era un municipio rico porque estaba valorizado por el tema de palma, pero las familias vulnerables estaban excluidas, por eso me enfoqué en programas sociales que ayudaran a los menos favorecidas y me enfoqué en el tema de vivienda porque así podían ahorrar plata en el bolsillo al no pagar arriendo, y ese dinero lo podrán invertir en otras cosas que necesitaran”, concluyó.
Aunque San Alberto se mantiene como el municipio con los menores índices de pobreza, Cataño considera que hay muchos aspectos para mejorar la calidad de vida de sus coterráneos.
Fortalecimiento de los sectores
En su trabajo por lograr que el índice de pobreza multidimensional disminuya, la actual administración municipal se ha enfocado en gran medida en la inversión social y al fortalecimiento de los sectores para que las personas estén capacitadas y sean competitivas.
“En San Alberto le estamos apostando a fortalecer la microempresa, las cooperativas y creando asociaciones. Estamos trabajando de la mano con el sector privado y en el campo apostándole a mejorar las vías de acceso a los campesinos, para así mejorar su calidad de vida”, dijo el mandatario.
Guevara aseguró que dándole la mano al empresa
rio, capacitando al personal y aprovechando los recursos que tiene el municipio, además de darle prioridad a la población vulnerable que está volviendo a creer, se puede avanzar y superar la pobreza.
“Le apostamos a las asociaciones y a la capacitación de los vendedores informales, porque la solución no es atacarlos sino ayudarlos a legalizar su trabajo. Mirar sus fortalezas y ayudarlos a que sean competitivos en la región”, puntualizó el alcalde.
Dijo además que el hecho de ser considerado como el municipio menos pobre es algo que los motiva a seguir trabajando de la mano de la comunidad para que sigan adelante con sus proyectos.
“Aquí tenemos como primera actividad económica la palma, con 15 mil hectáreas sembradas y la segunda es la ganadería, tenemos una de las mejores tierras de la región y le estamos apostando a un San Alberto seguro, con inclusión social”, acotó.
El mandatario está comprometido a seguirle apostando a lo social, es por eso que tiene como meta para el 2018, recuperar a los jóvenes de la drogadicción. “Nada gano yo con pavimentar calles y construir parques si la juventud se está perdiendo en las drogas. Tenemos que hacer algo por lo social. Hay que ayudar a esas personas que tienen sueños para que salgan adelante, aunque es difícil se puede lograr”, puntualizó.
En cuanto a la inversión de los 2.600 millones de pesos que recibieron por regalías, estos fueron i
nvertidos en varios escenarios deportivos para que los jóvenes tengan donde recrearse.
Pueblo Bello, el municipio más pobre
Aunque Pueblo Bello es un municipio interesante para el sector turístico y cultural, por su ubicación en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, y centro de abasto para la población indígena arhuaca, está catalogado como el más pobre del Cesar por no ofrecer los servicios ni satisfacer las necesidades básicas de sus pobladores, en el tema de agua potable y alcantarillado, gas domiciliario, así como electrificación rural.
La población de Pueblo Bello es de 17,228 habitantes según el censo de DANE en el año 2005, de los cuales más del 70% son indígenas. La actividad económica se basa en el sector pecuario y agrícola, especialmente en producción cafetera.
Según el actual alcalde, Juan Francisco Villazón, el hecho de que Pueblo Bello sea un municipio de sexta categoría y nuevo, con respecto a administración independiente, pues sólo hace 19 años se constituyó como tal, contribuye a que sea considerado como el más pobre, pues solo hasta ahora se está trabajando en las necesidades de la población.
“Estamos adelantando la optimización del acueducto para algunos barrios de la cabecera municipal y lograr así el alcance del 100 % de agua potable en el casco urbano. Además se está trabajando en lograr que toda la zona rural tenga energía, porque nos hemos reunido con los sectores y eso es lo que nos han pedido, así como el gas domiciliario”, expresó el mandatario.
Por sus difíciles condiciones sociales, Pueblo Bello, y con muy pocos avances en el tiempo en desarrollo social, es muy pobre y no mejora. En un período de 10 años, poco hizo en cuanto a acceso a bienes públicos para sus habitantes, en particular para la población indígena y campesina.
Recientemente, el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, anunció que una de las inversiones que hará en Pueblo Bello es la puesta en marcha del gas natural que beneficiará a 1.900 familias con este proyecto en convenio con Gases del Caribe.
¿Sabías que…
En Colombia existen dos maneras de medir la pobreza. Una es la pobreza monetaria, que consiste en determinar un límite de dinero, a partir del cual quien esté por debajo se considera pobre y quien esté por encima no pobre.
Para el Cesar, ese monto es de alrededor de $950.000 mensuales, para una familia de cuatro personas.
El Índice de Pobreza Multidimensional, que consiste en una medida integral, que incorpora cinco dimensiones no monetarias: salud, vivienda, trabajo, infancia y educación; y 15 variables. Dicha medida considera pobre a la familia que no tenga cumplimiento en 5 de las 15 variables.
– San Alberto, San Diego y Tamalameque son los municipios menos pobres del Cesar. En el departamento, en 2011 el porcentaje era del 47%, mientras que en 2012 y 2013 las cifras disminuyeron al 46.8 y 44.8%, respectivamente, según informe del DPS y DANE.
– San Alberto pasó de tener un índice de pobreza multidimensional de 77% en 2005 a un 27,3% en 2014, lo que significa una reducción de 49,7%.
Andreina Bandera / EL PILÓN
Andreina.bandera@elpilon.com.co