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Salvemos al Colegio Loperena

El Colegio Nacional Loperena está en el corazón de los vallenatos y cesarenses. El viejo Loperena ha sido testigo de nuestro progreso, de nuestras alegrías y de nuestras tristezas, de nuestros éxitos y de nuestros fracasos. Miles de vallenatos y costeños, en general, que hoy son destacados profesionales en distintos campos y figuras del deporte y de la música vallenata pasaron por sus aulas y sus patios.
Esta semana al Loperena le celebraron sus primeros 70 años, con una serie de actos académicos, culturales, religiosos y sociales, a la altura de su prestigio y del cariño inmenso que le tienen sus egresados y sus actuales alumnos y profesores, directivos y empleados, en general. Fue una celebración de primer orden, como la que el legendario Colegio se merece.
Antes de la fundación del Loperena a los vallenatos les tocaba ir a estudiar bachillerato a Santa Marta, al Liceo  Celedón, como bien lo narra poéticamente el Maestro Rafael Escalona en “El Hambre del Liceo”; a Bogotá, a Mompox, a Cartagena, y a Medellín, entre otras ciudades.
En una importante iniciativa del diario EL PILÓN, en julio de este año, de la Asamblea del Cesar, y de la fundación AVIVA, con motivo del mes del patrimonio, y de sus egresados, estudiantes y profesores, se organizaron los actos de celebración de esas efemérides para recuperarlo, hecho que nos llena de orgullo, como vallenatos y cesarenses a una institución que nos ha dado tantas luces y glorias.
En estos momentos, el viejo Loperena necesita que se le retorne ese cariño. A pesar de haber sido declarado Monumento Nacional hoy sus instalaciones están deterioradas, requieren un mantenimiento  y una restauración adecuada a su construcción y a su historia. Necesita más y mejores baños y cambiar sus techos, cielo-rasos, sus pasamanos y sus pisos, etc. Hay que recuperar al Loperena…
El alcalde Fredys Socarrás Reales, cañaguatero y lopereno, se ha comprometido a liderar el proceso de recuperación. Es una gran iniciativa, pero en la misma es necesario que la Nación y la Gobernación del Cesar lo apoyen con recursos económicos en la recuperación de la planta física del Colegio Loperena.
Como bien lo ha dicho su dinámico rector, Gonzalo Quiroz, es necesaria la ayuda en la planta física; ya que de la parte pedagógica, directivos, profesores y alumnos se encargarán. Eso es muy cierto, pero también en ese aspecto el Colegio requiere ayuda. Hay que seguir mejorando su calidad, buscando la excelencia y la competitividad que toda la vida lo ha caracterizado y que merecen sus actuales alumnos.
Y  hay que cuidarlo de las tentaciones y problemas de la vida de la juventud en la sociedad moderna, del fantasma terrible de las drogas, de la temprana e irresponsable sexualidad y buscar que el Colegio tenga una mayor articulación con los gremios productivos, los sindicatos, las organizaciones sociales y las universidades ubicadas en la ciudad y la región, principalmente la Universidad Popular del Cesar.
Muy bien por la celebración; gracias a todos, a la fundación Aviva, a la Cámara de Comercio, a la Alcaldía de Valledupar, a sus egresados, a sus estudiantes, profesores, directivos y padres de familia. Pero obras son amores y no buenas razones y el Loperena necesita mucho más que cariño y reconocimiento, necesita dinero para su restauración y mantenimiento, y – por supuesto- que sus alumnos lo cuiden para que siga siendo el faro de miles de nuestros estudiantes, principalmente de la gente más necesitada. Vamos a recuperar y a salvar al Colegio Nacional Loperena.

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