Le corresponde a usted señor Gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, junto con su esposa Edna María Vigna García, salvar de la crisis económica al Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial del Cesar, Idreec.
No ha sido suficiente el aporte económico que su administración le ha inyectado últimamente al Idreec y se requiere más, mucho más, de su decisión política y económica para devolverle a esta entidad de rehabilitación su prestigio, su liderazgo y su capacidad motora para continuar irrigando salud en tantos niños, jóvenes, adultos y ancianos del Departamento y de la Costa Atlántica.
Gobernador, razón tienen los 55 trabajadores de esta entidad que nació de manos de la insigne dama vallenata Leonor Baute de Araujo y de su amado esposo e ilustre dirigente liberal Alfonso Araujo Cotes, cuando fue Gobernador del Cesar. Saben los trabajadores y el pueblo del Cesar que la entidad fue fundada en julio de 1970 para rehabilitar a los niños que sufrían poliomielitis; pero, después se ampliaron los servicios hasta llegar hoy a atender todo lo que tienen que ver con rehabilitación y habilitación de personas con algún tipo de discapacidad transitoria o permanente.
Es que el Idreec no es una entidad improvisada, como muchos “chuzos” y garajes que hoy son flamantes IPS de propiedad de personas no aptas y sin equipos ni logística acorde, ni mucho menos que desean trabajar por el bienestar de la gente, todo lo mueve el dinero mal habido, “delincuentes disfrazados de mansas ovejas”, afirma mi consejero periodístico Tío Chiro.
En cambio, el Idreec le ha devuelto las facultades físicas, mentales y de lenguaje a miles de niños, jóvenes y adultos (de ambos sexos) de toda la región. Ahí en el Idreec hay profesionales idóneos, especialistas probos y gente con sentido de ayudar al prójimo; sin embargo, desde hace años padecen de sus salarios a tiempo. Los gobernantes miran la entidad con ojos de burocracia, del miti miti, de corrupción…
Falta señor Gobernador que usted ordene, enseguida, sin más plazo ni vacilación una intervención urgente de su gobierno, apoyado por la Asamblea Departamental, para arrebatarle de las manos a los “chuzos” que se sigan hurtando los dineros de la salud, prestando un servicio de mala calidad.
Es que el Idreec tiene un equipo humano de las más altas calidades y cuenta con los equipos de tecnología de punta que no tienen los mencionados chuzos y garajes. Con estas dos razones, señor Gobernador, usted debe direccionar –cuanto antes- una política de rescate del Idreec. Devolverle el espíritu para el cual fue creado por esa recordada dama Leonor Baute, quien hoy está vivita y coleando, pero seguramente muy acongojada por lo que está pasando con su hijo mayor: el Idreec.
Devuélvale señor Gobernador a su cuasi paisano manaurero Alfonso Araujo Cotes la esperanza de revivir al Idreec. Seguramente sus abuelos Amador Ovalle y Lola Muñoz, compartirían esta petición, al fin terminaron viviendo juntos en un pueblo que es amado por todos nosotros.
Tome de las manos a la primera dama Edna María y váyase al Idreec, pero para salvarla de las garras de los “chuzos”. Restablezca la esperanza de niños, jóvenes y adultos de todos los estratos sociales que aún requieren de este instituto. Aquí lo vamos a esperar señor Gobernador y cuando inicie en serio la “rehabilitación” del Idreec, entonces los trabajadores deberán ponerle más ahínco, más capacidad creativa y de trabajo para hacer de esta entidad lo que soñó Leonor, la más importante de la región, por su razón de ser. Hasta la próxima semana. Estoy de regresos de mis vacaciones.
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Por Aquilino Cotes Zuleta