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Salvar el Vallenato

Por: Jacobo Solano Cerchiaro

Twitter: @JACOBOSOLANOC

 

Hace unos meses hice una columna titulada La crisis del vallenato que levantó ampollas por algunos conceptos que emití basados en la investigación que hago sobre los dos tomos de Juglares contemporáneos y la percepción que tengo sobre una música con la cual nací y crecí. Fueron muchos los mensajes insultantes que recibí sobre todo de fanáticos intolerantes que quieren silenciar la opinión y solo aceptan elogios. No obstante, a esa columna se sumaron voces tan importantes como: Julio Oñate Martínez, Andrés Molina Araújo y Jorge Naín Ruiz, quienes comparten mi posición; luego Silvestre Dangond admitió:¨el vallenato actual es un vallenato plástico,como de icopor¨ y remató Daniel Samper en una columna en El Tiempo, El vallenato se está suicidando. Otras voces autorizadas que indican algo al respecto son Isaac León Durán y Jaime Pérez Parodi. Entonces no son inventos míos, y creo que merece la mayor atención para redefinir conceptos que conserven nuestra música.

 

Es cierto que el vallenato debe evolucionar y que los juglares no andan a lomo de mula. También es cierto que los jóvenes tienen derecho a buscar sus propios espacios, pero la pureza del vallenato es una sola y es la que se está perdiendo, hay mucho facilismo,las canciones poéticas y con sentido literario las dejan por fuera, por ser cursis según me dijo el compositor Richard Daza, que es de lo rescatable de la nueva camada. Los compositores de hoy le temen a hacer una canción cotidiana que se refiera a un lugar, a una situación o a una persona en especial, estilo Berta Caldera, porque nadie se las graba, la esencia del vallenato es contar historias cantadas que le suceden al compositor.

 

Wilfran Castillo al cual critiqué por no tener identidad, me escribió a mi cuenta de Twitter que prefería el éxito a la identidad, demostrando que se está aprovechando del folclor para efecto personal y solo piensa en premios. El buen vallenato se puede hacer, pero requiere compromiso y pasión;los intérpretes deben hacer control de calidad y buscar a los compositores, escuchen los temas, sálganse un poco del estudio y acudan a canciones diferentes en los pueblos, ya lo corroboró Jorge Oñate con un disco de lujo, ¿porqué?Porque El Jilguero analiza su trabajo discográfico y no se deja intimidar de ningún productor o casa disquera. Hay que hacer lo que sabemos para que el vallenato trascienda.

 

Omar Geles dejó de tocar acordeón, lo que sabe hacer bien, por cantar, eso es farandulizar el vallenato. Si evolucionar es mezclar el vallenato con la música llanera como Martín Elías, estamos retrocediendo, ya lo había hecho Silvio Brito hace más de 20 años. Evolución es lo que hizo Carlos Vives con sus clásicos o lo que está haciendo Chabuco Martínez que acude a la fusión como elemento diferencial. Algunos músicos creen que porque tienen una apretada agenda como Nelson Velázquez en México, cosa que celebro, están haciendo buen vallenato,eso se llamaéxito económico.El verdadero triunfoes hacer canciones que se conviertan en clásicos. La mayoría de acordeoneros de hoy no quieren practicar, solo tocar y recibir aplausos, y asíno se puede conseguir un estilo, el tocar rápido no es la regla; tampoco se toman el trabajo de conocer la obra de los maestros, Colacho, Luis Enrique o el mismo Emilano Zuleta Díaz.

Prometí no tocar el tema en un buen tiempo, pero dado todo lo que ha generado dicha columna, insisto en que la alcaldía de Valledupar debe organizar un foro para poder debatir conlos contradictoresque aseguran que en el vallenato no hay tal crisis. Reunir investigadores, músicos, periodistas, disqueros y público en general para opinar con respeto, por el bien de este folclor que tanto nos ha regalado. Que no se va acabar, pero si se está degenerando.

 

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