Por Jaime Palmera
Nunca pensé que algún día escribiría artículos en un periódico porque se me hace una tarea muy difícil. Ahora que lo hago quincenalmente para El Pilón me parece aun más: escoger el tema, buscar la información pertinente, redactarlo a tiempo, en fin, toda esa suma de actividades que me llevan al resultado final que es el que usted lee se me ha hecho una tarea ardua pero que me satisface cuando la concluyo.
Es frecuente que recurra a mis amigos para que me ayuden a definir un tema pero hoy he tenido la inspiración a partir de un mensaje que me envió una colega.
Ella es Margarita, que ejerce la profesión de arquitecta dentro del campo de la salud, además de acompañar a su marido en la empresa de servicios médicos que ellos dirigen y es la hija menor de Carlos Vidal Romero, con quien me une una vieja y buena amistad.
Por la información que me envió y aprovechando su queja, hoy me referiré al tema de la salud. Dice ella:
“En estos tiempos donde todo el mundo habla de la crisis de salud, de las intervenciones de las EPS, donde cada día las Secretarías de Salud piensan más en la gestión de riesgo y en la seguridad de pacientes y se les exige a los centros de salud IPS y clínicas velar por esto, me pongo a pensar que hace falta una pieza clave y que esta también debe integrar todo este sistema y son las curadurías urbanas.
Estos entes deben actuar y ser muy concientes de la importancia que tiene el permiso o licencia que están otorgando a estas construcciones y obras cada día más majestuosas donde funciona la salud.
Será que estos entes: piensan en la gestión de riesgo? piensan en la seguridad de los pacientes?
Las Secretarías de Salud deberían trabajar mancomunadamente con las curadurías al otorgar las licencias, antes de otorgar el permiso de construcción.
Los edificios que se construyen no difieren en sus planos de los que se presentaron ante la curaduría. ¿Quién ejerce control en ese vacío grande entre lo uno y lo otro?”
Yo agregaré que la oficina de Planeación Municipal es la que tiene el deber de intervenir directamente en esto por ser la dependencia encargada de ejercer el control posterior de las obras de acuerdo a lo que las curadurías aprueban ya que a estas solo les compete revisar los proyectos para que cumplan con la reglamentación de cada predio y expedir la licencia correspondiente.
Recordemos el articulo de José Manuel Aponte en el que se queja por los perjuicios que causa una de estas entidades de salud que funciona en el barrio residencial en que él vive. Si es residencial, no debería funcionar nada allí. Si está permitido por el POT, este debe rectificar este error