Muchas conjeturas, cuestionamientos, rechazos, presos en el que la mayoría pagaron su condena, inocentes y vinculación directa de varios funcionarios ejecutivos que permitieron el acceso directo de los asaltantes a las bóvedas del Banco de la República han permanecido latente en la memoria de los colombianos después de más de dos décadas en el que fue considerado el ‘robo del siglo’. Los ladrones saquearon los depósitos donde estaban guardados más de 30.000 millones de pesos destinados a las operaciones financieras de la entidad durante el puente festivo del día de la raza en el año 1994.
Luego de 22 años de haber ocurrido este insólito robo multimillonario a una de las sedes bancarias más seguras del país como es la de Valledupar, el gerente de la época, Marcos Emilio Zabala Jaimes recibió la notificación en el que lo absolvieron de toda responsabilidad y por ende lo indemnizaron con una suma irrisoria, según él, por 300 millones de pesos.
El exfuncionario en medio de las vicisitudes que debió afrontar ante el escarnio público ‘rompió’ su silencio y dijo que “no hay dinero que salde el gran daño causado ante el gran atropello que se dio contra mí y el resto de la familia. Aquí lo que más cuesta es la reivindicación de mi nombre y el reconocimiento de una inocencia que en su momento quedó demostrada ante todos los procesos que se adelantaron en los entes investigadores y en particular del proceso penal del cual se cometió una injusticia en contra mía. Yo salí absuelto penalmente en un fallo totalmente diáfano, en dónde quedó demostrado completamente mi inocencia sin piso de duda, porque muchas veces las autoridades absuelven con duda porque no hubo prueba y la duda favorece al reo. En mi caso, hubo un fallo transparente en una parte y en la otra, en el que la Fiscalía en su momento tuvo una actuación irregular dentro de este proceso. Los otros procesos como administrativo adicional, a los demás como la Procuraduría General de la Nación también fue un fallo limpio, al igual que otras investigaciones de la Superintendencia Bancaria en el que básicamente ratifican mi inocencia y que simplemente se estaba corroborando la decisión en tal sentido en tiempos pasados”, dijo para EL PILÓN Marcos Emilio Zabala Jaimes.
No compensa la indemnización
El exgerente de la entidad bancaria explicó que esa indemnización realmente no compensa el drama que debió afrontar toda su familia durante tantos años, pero de todas maneras, es una forma de resarcir en algo todos los malos momentos que vivieron en su hogar.
“El Banco en su momento debía haber reintegrado en el cargo, eso era lo justo, pero no fue así, porque según ellos mi actuación frente a los hechos tenía alguna responsabilidad. El gerente general de la época, Miguel Urrutia se lavó miserablemente las manos y tomó la decisión de cancelarme el contrato, siendo uno de los más sacrificados de los hechos. Yo quedé en el aire, en la deriva, en la calle expuesto a todo porque caí en las garras de fiscales corruptos y en ese capítulo de la actuación del Banco también redunda en una injusticia que se cometió conmigo y es que tuve que recurrir a la justicia laboral para que reconocieran que fui despedido sin justa causa y lo más justo hubiera sido ese reintegro que debían haber reconocido desde un principio, pero como habían intereses particulares de demostrar resultados ante la opinión pública, los entes investigadores para salvar el pellejo de otras personas que tuvieran más responsabilidad que la que yo tuve y desafortunadamente no se logró que volviera a mi cargo. Lo más lógico era que el Banco hubiera reconocido ese error que había cometido y para ello tuve que someterme a la ley, y como dicen los juristas: la ley es dura, pero es la ley. Sin embargo en el proceso laboral, tengo una pensión, pero en condiciones muy inferiores a los que debí haber causado si no me hubieran truncado mi carrera allí”, explicó.
“Enviaron muchísima plata y no era necesario”
Marco Emilio Zabala indicó que fue el primer sorprendido al ser notificado por esa millonaria remesa de dinero enviada por la oficina central en Bogotá, porque en las bóvedas había más de 5.000 millones de pesos, dinero suficiente para las operaciones bancarias. “Yo recibí esa remesa porque era una decisión de la oficina central, pero para mí no se justificaba esa cantidad de dinero, porque había suficiente dinero en las bóvedas y lo más curioso, es que ese dinero llegó 15 días antes del robo. Yo mismo me cuestionaba, ¿Por qué me enviaron tanta plata?, pero tenía que acatar la directriz nacional y no tuve otra cosa qué hacer que recibirla. Ellos justificaron el envío de la remesa porque se avecinaba el mes de diciembre y había que surtir las bóvedas por la economía y por razones de costos, toda vez que se hacía en vuelos chárter que el mismo Banco asumía los costos”, resaltó Zabala.
Hubo participación directa de empleados
El exgerente del Banco de la República, uno de los más sacrificados en el proceso, recordó que después de 22 años de haber ocurrido el suceso denunció que sí hubo una participación directa de algunos funcionarios de alto rango para el millonario robo, en tanto que vincularon a otros que eran inocentes y también recobraron la libertad como él.
“Eso quedó demostrado después de las investigaciones como el personal de tesorería, quienes suministraron información sobre la remesa, personas que conocían muy bien la parte interna del edificio y sobre todo una persona en particular, quien fue la pieza clave y era el encargado de la protección y seguridad quien fue el que facilitó el ingreso de los delincuentes al Banco, toda vez que tenía la responsabilidad de la seguridad interna del edificio y el control de acceso a la entidad a través del sistema electrónico que tenía para ello. Él fue quien manipuló todo el sistema de seguridad y permitió toda esa maniobra, abrió las puertas a los delincuentes”, agregó.
Entre los absueltos se encuentran el jefe de mantenimiento y el jefe de tesorería, entre otros.
¿Cómo se fraguó el robo?
El asalto al Banco de la República, también conocido como ‘El robo del siglo en Colombia’, fue perpetrado del 16 al 17 de 1994 contra la sede ubicada en la carrera 9ª No. 16-13 de Valledupar y en el que los asaltantes se llevaron la suma de $24.072.000 millones (US$33 millones de dólares en 1994).
Tras el robo, el Banco de la República identificó los billetes robados por su serial y denominación, los cuales no habían entrado a circular al público previo al robo, por lo que perdieron inmediatamente su valor.
El plan para asaltar el Banco de la República en Valledupar fue ideado ocho meses antes, pero iniciado en junio de 1994, tres meses antes de cometer el asalto, por Benigno Suárez Rincón y comandado por Alexánder Flórez Salcedo. Luego fueron reclutados para la operación del asalto el teniente, Juan Carlos Carrillo Peña y Jaime Bonilla Esquivel, quienes recopilaron información de la vigilancia del banco. Bonilla y Los tenientes de la Policía Nacional, Juan Carlos Carrillo Peña y César Augusto Barrera Caicedo se reunieron en la plaza Alfonso López para concretar detalles del plan de asalto. Bonilla Esquivel pidió al teniente, Juan Carlos Carrillo Peña los detalles del edificio del Banco de la República en Valledupar y el esquema de seguridad que protegía el lugar. 20 días después, Carrillo Peña le entregó la información sobre el esquema de seguridad a Bonilla Esquivel.
El asalto comenzó el 15 de octubre de 1994 a las 6:00 A.M, durante el inicio de un fin de semana con puente festivo. Los asaltantes llegaron en un camión Dodge 600, color rojo, carrocería de madera y con carpa que estacionaron a las afueras del banco, localizado en la esquina de la calle 16 y la carrera 9. Los asaltantes llevaban la excusa de que tenían que reparar los aires acondicionados del edificio bancario. Varios hombres penetraron el banco. Una hora después, los asaltantes abrieron la puerta del garaje y metieron el camión al edificio. Suárez Rincón y Bonilla Esquivel, se instalaron en las habitaciones 202 y 306 del Hotel Sicarare, que tenía vista hacia el banco, directamente al otro lado de la carrera 9, desde donde coordinaban la operación de asalto usando radios.
Poco antes de las 6:15 A.M., el camión se apagó antes de entrar al edificio, quedando registrado el ingreso en los vídeos de seguridad. El grupo de asaltantes de 14 ladrones iban ocultos en la parte trasera del camión cubiertos por la carpa. El conductor del camión, que iba con una bata blanca con logotipos del banco, identificado como Luis Ernesto Vásquez Agudelo, pidió ayuda a varios transeúntes para que empujaran. El camión prendió y lo metieron al garaje del banco que es una rampa hacia el sótano. Los tenientes Carrillo, Barrera y Varón vieron al camión ingresar al banco y empezaron las rondas de vigilancia alrededor del banco. La puerta del banco habría sido abierta por el vigilante Winston Tarifa, quien manejaba en el interior los sistemas de seguridad del banco y se comunicaba directamente con Bonilla Esquivel.
El asalto al Banco de la República, también conocido como ‘El robo del siglo en Colombia’, fue perpetrado del 16 al 17 de 1994 contra la sede ubicada en la carrera 9ª No. 16-13 de Valledupar y en el que los asaltantes se llevaron la suma de $24.072.000 millones.
Por Abdel Martínez Pérez