No es fácil sentarse al frente de una hoja en blanco y escribir sobre un genio, un genio de los trazos y la caricatura, esas mismas caricaturas que comenzaron a fluir en él de una manera natural, que fue cultivando de manera empírica, hasta llevarlas a un nivel profesional con características de los mejores en el ámbito nacional; su calidad ha ido creciendo y madurando año tras año. Muchas cuartillas se han escrito reconociendo su trabajo y exaltando esa calidad.
A los trece años con la fuerza de la mocedad llega, de manera irreverente, a tocar las puertas en EL PILÓN, a decir: ¡aquí estoy! A partir de ese 30 de enero de 1998 hasta la fecha ha sido el número 10. Durante veintidós años ha sido titular irremplazable y ganador de varios reconocimientos a su trabajo; en lo local, regional y a nivel nacional.
Hoy quiero en esta nota resaltar al amigo, al hombre prolífico en su profesión, que nunca se queda quieto, sagaz en su pensamiento y certero en sus comentarios. Ese joven inquieto al que la vida llevó a ser diseñador gráfico, comunicador social, e ingeniero de sistemas; apasionado hincha del atlético nacional, por obvias razones lo escribo en minúscula. Un excelente hijo, gran amigo y orgulloso padre de dos hermosos niños que son su bendición y más preciado tesoro: Isabella y el gran Deivi Junior, esto sí es menester escribir en mayúscula. ‘Deivi Mozart Safady Pupo’, es un joven emprendedor, marcado por la vida para ser un gran profesional de mucha proyección, igual que su tocayo, el músico y compositor que inicia también su periplo, muy joven, a los 17 años.
El Mozart criollo, el nuestro, también es compositor y poeta. Instructor -es un educador natural- en el Sena; ha hecho radio, últimamente estuvimos en el programa La Tertulia, espacio que sirve para analizar el quehacer de la política, la cultura, el deporte y otros tópicos; un programa de variedad, en donde de manera efectiva daba sus puntos de vista en los diferentes temas tratados.
Esta época de cuarentena, de confinamiento obligatorio, le ha servido a Safady para afinar la pluma y llevar sus trazos, del tema del coronavirus a un nivel imborrable, que perdure en el tiempo como un recuerdo infame, pero absolutamente cierto. Hoy queda plasmado todo ese trabajo en un libro: ‘Diario de Covidcaturas’ que pronto estará en los escenarios virtuales, con un contenido de gran nivel. Todos estos elementos me llevan a dedicarle esta nota al amigo, ese que de manera permanente está llamando para indagar cómo van las cosas.
Que se preocupa por saber de la vida de sus cercanos, con bullying incluido pero eso hace parte de su idiosincrasia que no decae. Tiene detractores, que critican y señalan su trabajo, pero es normal que esto suceda, la lógica nos recuerda: “el que dice lo que quiere le toca, escuchar lo que no quiere son cosas, de las leyes de la vida”. A él no le afecta la crítica siempre y cuando lleguen de manera respetuosa, es un hombre de altura, la vida lo ha enseñado a eso. Grande Safady, grande. Sólo Eso.