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Safady: 20 años de trazos irreverentes

Deivi Safady.

No había cumplido 15 años y ya Deivi Mozar Safady Pupo levantaba ampollas en el mundo político del Cesar. Todos querían conocer al famoso Safady y él, como siempre, entre la timidez y la seriedad, apenas si salía de su casa. El caricaturista fue creciendo en edad, en tamaño y en destrezas, se convirtió en el mejor crítico del Cesar y a través de estas dos décadas le ha dicho al pan, pan, y al vino, vino.

Safady ha sido el dolor de cabeza de muchos políticos, gobernantes y artistas, los mismos que no se han aguantado y disgustados le reclamaron por la dureza de sus críticas.

EL PILÓN le abrió las puestas un 30 de enero de 1998, cuando un niño de 13 años llegó a decirle al director de ese entonces, Dickson Quiroz Torres, que quería dibujar. Al día siguiente le publicaron su caricatura (se la hizo a Serpa) y a partir de entonces fue tejiendo un mundo de trazos, opiniones y retos.

Es comunicador social de la Unad, ingeniero de sistemas de la Universidad San Martín, diseñador gráfico de la Fundación del Área Andina, tiene una especialización en Alta Gerencia y cursa una maestría en Marketing Digital.

Recibió el Premio Nacional como Mejor Caricaturista en el año 2013 que le otorgó la Revista Semana, también el premio ‘Sirena Vallenata’ del Círculo de Periodistas de Valledupar.

Safady próximamente publicará un libro que se llamará ‘Trazos y pedazos de Safady’ y además prepara una exposición de las caricaturas más representativas.

¿Cómo nació Safady el caricaturista?
Desde pequeño sentí especial interés por lo que es el dibujo, la caricatura. En el periódico del colegio, que sacamos pocas veces, empecé a dibujar. Una vez vine a Valledupar en unas vacaciones, tenía 13 años y llegué sin miedo a la oficina del doctor Dickson (el fundador de este diario), me presenté y a él le causó admiración porque era un pelaito, me dijo: bueno, muestra que es lo que tú dibujas. Me dio un papel y una pluma que él cargaba y dibujé la caricatura de Serpa que fue publicada al día siguiente. Me sorprendió que de una vez creyeran en mí y me diera la oportunidad.

¿La caricatura de Serpa fue su primera caricatura oficial en el mundo del periodismo?
Sí, la publicaron al día siguiente, y era política. De pronto no tenía mucho conocimiento, era un niño de 13 años, cuando eso tampoco había redes sociales como para mantenerme informado, antes uno tenía que escuchar radio, leer, y muy pocos niños a esa edad estaban pendiente de eso.

¿Qué pasó después de haber dibujado a Serpa?
Seguí dibujando y conocí a otro caricaturista del periódico, Armando Iguarán, le aprendí mucho, le miraba los trazos, y seguí publicando bajo la orientación del doctor Dickson Quiroz, estaba también Guzmán Quintero, varias personas que fueron claves en mis inicios como Galo Bravo Picazza, Ana María Ferrer y Juan Rincón Vanegas.

¿Qué formación tuvo Safady para convertirse en caricaturista?
No tuve ninguna, yo era un niño, prácticamente mi escuela fue EL PILÓN, aquí me formé, aquí cometía embarradas, corregía, hasta pulirme no solo en la parte de trazos, sino en la parte crítica que también es una parte muy importante en el mundo de la caricatura.

¿De dónde sacó ese picante que le pone a las caricaturas?
Eso es nato, eso fluye. Creo que lo traía inmerso, en la sangre.

Los caricaturistas siempre ponen el dedo en la llaga, ¿en el transcurso de estos 20 años qué tanto escozor ha causado con sus trazos?
Sí, yo recuerdo una caricatura muy polémica, me enseñó mucho y generó mucho resquemor, sobre todo en la fanaticada de un artista como fue Diomedes, algunas personas dicen que es una de las mejores caricaturas que he dibujado, otras que fue una falta de respeto. Esa fue una de Diomedes cuando le dieron el Grammy, estaba Diomedes con el gramófono y la leyenda decía que no era un gramo sino un Grammy, como haciendo alusión a esa parte negativa de Diomedes. Uno piensa ahora y dice, sí, se me fue la mano, pero no era una mentira.

¿Se arrepiente de esa caricatura?
Pues no, me enseñó muchas cosas, por ejemplo, que debo respetar ciertas cosas que uno no cree que sean tan relevantes, pero también uno entiende que la gente que idolatra a un artista también ve las caricaturas.

¿Y con los políticos y los funcionarios, cómo le ha ido?
Recuerdo una vez que el director de Mercabastos en el gobierno de ‘Ava’ Carvajal me amenazó. Le llegó el periódico a las 6:00 de la mañana y me amenazó de su propio celular y yo le grabé la llamada y todo, y al final me pidió disculpas. Era una caricatura que no era criticándolo a él, sino a Mercabastos y él estaba apenas llegando, era nuevo, y ahí es donde uno se da cuenta que de pronto el político, el funcionario, se creen intocables, no son receptivos a la crítica, no les gusta, ellos creen que todo lo que hacen está bien. Entonces por esa parte siempre ha existido cierto temor, pero bueno, son gajes del oficio.

Los gobernantes también han caído en sus trazos.
Con Cristian Moreno (Gobernador del Cesar) fue un especial gobierno, yo lo personifiqué como una morrocoya y creo que era el pensamiento de todo el Cesar, pero a pesar de eso Cristian era una persona muy respetuosa y receptiva, inclusive me brindó oportunidades que para mí como caricaturista son muy importantes. Le hice la primera entrevista en caricatura a un personaje y se la hice a él, gustó mucho, porque hubo un acercamiento, pero él trataba de desviarme para otro lado, como para que dejara, según él, de darle palo, pero no era así, yo lo que recogía era lo que decía la gente, mis fuentes son la opinión de las personas, lo que leo en el periódico.

Otros gobernantes que han caído en su pluma…
Casi todos desde que soy caricaturista. Fredys Socarrás, pero fue muy respetuoso; Luis Alberto Monsalvo, Luis Fabián Fernández, Ciro Pupo, Hernando Molina, ‘Ava’ Carvajal.

¿Safady ha tenido libertad para caricaturizar, ha sentido alguna vez presión del medio para que haga o no haga alguna caricatura?
En el periódico no, si me han dado consejos, no digamos que es una presión, sino orientación porque de pronto se me iba la mano porque a veces uno con la juventud, con la premura, se cree el mejor, el intocable, que uno tiene derecho a irrespetar al que quiera, entonces dentro del mismo medio personas amigas me daban consejos.

¿La caricatura que más le ha causado dolor hacer?
La de Guzmán Quintero cuando lo mataron, fue muy dura.

Safady en el futuro.
Sigo como caricaturista, con mis proyectos (fundó la revista Contacto), mis estudios y como padre de familia.

Por Ana María Ferrer

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