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Sabores de fin de año

El auténtico ambiente decembrino se vive en la mesa, compartiendo y degustando los diversos sabores de la comida para satisfacer nuestros antojos. 

En esta temporada la comida es protagonista en los diferentes escenarios que compartimos con familiares y amigos. Son muchas y variadas las tradiciones que las diferentes familias conservan de sus ancestros, dependiendo su origen y cultura. 

En algunos sectores y hogares aún se preserva la identidad gastronómica de la familia, así como también los lazos de hermandad entre vecinos cercanos al intercambiar sus preparaciones. Todas esas tradiciones nos revelan información adicional a la cocina, aportando datos interesantes sobre nuestras relaciones sociales, los recursos, abastecimiento y estratificación de una región.

La comida que se acostumbra a servir para la época es por lo general abundante y por tratarse de fechas especiales no se espera menos de lo que se sirve en la mesa, por lo que se vuelve irresistible y muchos terminan rompiendo con sus dietas, que después sienten remordimiento por los excesos.

La oferta de productos alimentarios que tradicionalmente recordamos para estas fechas ha venido evolucionando, favoreciendo variados productos que son promocionados y ofrecidos por diferentes medios, pero también se ha enriquecido la cocina con el intercambio cultural y apertura económica de mercados, donde ya hacen parte de nuestra mesa, platos y presentaciones de lugares lejanos. 

La satisfacción que sentimos al degustar esos platos especiales es un proceso complejo que va mucho más allá del sentido del gusto. En este se involucran todos los sentidos, empezando por los que involucran fenómenos físicos. 

Por ejemplo, el de la vista, que detecta los contrastes y presentación del plato, atrayéndonos a su consumo; mientras el tacto nos permite distinguir la dureza o suavidad y las diferentes texturas al llevarnos un bocado y que interactúa mucho con el sentido auditivo, a través de los sonidos que percibimos al morder, como el estado crujiente en ciertos alimentos. 

Pero sin duda, el sentido que nos revela un mayor acercamiento con el placer de una buena comida, después del sentido del gusto, es el olfato, ambos sentidos involucran mecanismos químicos.

Por medio del olfato detectamos los compuestos volátiles que nos permiten cualificar la calidad de los ingredientes y la armonía entre ellos, mientras que el gusto detecta los diferentes sabores confirmando las sensaciones de placer que contemplaron los demás sentidos. 

La tendencia en alimentación es hacia los productos procesados y la industria se ha adaptado muy bien con las presentaciones de los platos tradicionales para despertar todos los sentidos, tanto los que involucran los fenómenos físicos como los procesos químicos.

Independientemente de los medios que permiten tener la comida a su mesa, lo importante es que lo que resta del año puedan disfrutar aquellos sabores que faltan por satisfacer sus paladares y disfruten la unidad familiar durante la preparación de los alimentos y el deleite en la mesa, pero recuerden también que detrás de aquellos alimentos, además de todas las manos involucradas, hay muchos campesinos, agricultores y productores del campo que son el primer eslabón de toda la cadena alimentaria. Feliz navidad y próspero 2022 para todos.

Por Jesús Morales

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