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S.O.S por un plan

En días pasados el alcalde electo ‘Tuto’ Uhía regresó de un viaje por el Brasil. Anunció que su visita a la ciudad de Curitiba le serviría como “Hoja de Ruta” para tener una visión de ciudad. No hay duda de las buenas intenciones del nuevo mandatario, pero creo que vale la pena tener en cuenta que estas visitas no deben ser más que un insumo para un plan de gobierno previamente establecido y elegido por la voluntad popular. A partir de la experiencia de la improvisada administración Petro, quiero hacer buenos votos por una nueva administración que planee oportunamente para ofrecer verdaderas soluciones ciudadanas.

Hace cuatro años el entonces alcalde electo Gustavo Petro regresaba de un viaje a Francia que había emprendido a pocas semanas de haber ganado la elección y anunciaba que la solución para la movilidad de Bogotá no era un metro, tampoco la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente, planteada desde 1961; en su lugar se debía construir un tranvía. El nuevo mandatario había sido invitado por la Agencia Francesa para el Desarrollo, donde incluyendo hasta asesorías de un experto chino en transporte público llamado Xavier Hoang lo convencieron de la construcción de los tranvías. No llamaba solamente la atención que hubieran sido los mismos franceses productores de tranvías quienes lo convencieran, lo más interesante era que durante la campaña el candidato Petro no había mencionado el tranvía como una de sus soluciones de movilidad y ahora que regresaba estaba empeñando en copiar esta idea.

Lo lamentable de la situación era que tanto el nuevo alcalde como los ciudadanos olvidábamos que al momento de votar no se elegía a Petro como persona exclusivamente, se elegía a Petro quien era el que materializaría un Plan de Gobierno presentado durante la campaña.

Dicho de otra manera, en Colombia no elegimos personas, elegimos planes de gobierno, es por esta razón que tiene fundamento jurídico la figura de la revocatoria del mandato por el incumplimiento del Programa de Gobierno. La principal implicación consiste en qué una vez los ciudadanos hayan elegido un mandatario de elección popular como un alcalde, estos previamente debían conocer su plan de gobierno y el nuevo mandatario debería honrar la voluntad popular cumpliendo tal plan. Por ejemplo, en Bogotá durante las pasadas elecciones se enfrentaron dos propuestas frente al metro: la del metro elevado de Peñalosa y la del metro subterráneo de Pardo. Ganó la de Peñalosa, por lo que la nueva administración deberá apuntar a construir un metro elevado y no uno subterráneo.

Frente al tranvía, Petro ignoró su plan inicial de gobierno. Intentó remplazarlo por su novedosa idea francesa, pero a la postre no logró nada fuera de darle continuidad a la crisis de movilidad de la capital. Sacrificó varios meses de trabajo y capital político defendiendo una idea que como comprobó el Concejo de Bogotá era inconveniente fiscal y técnicamente hablando.

La gran moraleja que nos deja Bogotá es que nuestros mandatarios fueron elegidos para darle cumplimiento a sus planes de gobierno. Al momento de sentarse en sus sillas deben limitarse a seguir el plan por el que fueron elegidos y no ponerse a improvisar. Claro está que las opiniones de expertos o las visitas a otras ciudades son maravillosas si las hacen teniendo claro lo que se quiere hacer y tomándolas como nuevos insumos que pueden facilitar ese rumbo previamente establecido, pero en ningún caso se debe ir a consultar expertos o hacer visitas para preguntar qué es lo que se debe hacer. Si ese fuera el caso, entonces no estarían cumpliendo para lo que fueron elegidos.

Por Juan David Quintero Rubio

Categories: Columnista
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