MEDIO AMBIENTE
Por: Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y Conservemos la Cuenca del Río Guatapurí.
En otras oportunidades, hemos informado sobre algunos de los problemas serios que atentan contra la conservación de la naturaleza tanto en el mundo como en nuestro país y la ciudad de Valledupar. Consideramos que la solución de la mayoría de ellos y la conservación de algunas de las áreas naturales que aún quedan, depende en primer término de que todos hagamos de esto una causa común que se refleje en cada una de nuestras acciones. Debemos ejercer presión a nivel social y político para que se combatan las causas del deterioro. Hay que presionar conjuntamente para que se recuperen y conserven los recursos naturales, tomando conciencia de cuáles son las causas y actividades cotidianas que afectan el entorno vivo y hacer gestiones para curarlas y evitarlas.
Debemos también apostar por una política decidida de conservación del patrimonio natural ya que la diversidad biológica, además de estéticamente satisfactorio, es funcionalmente ineludible. El denominado desarrollo sostenible exige una biósfera sana. Entonces, tanto un mundo ecológicamente degradado y – por supuesto-, una ciudad degradada son económicamente inviables.
Cada uno de nosotros es un agente ambiental. La sociedad ambientalmente regenerada en la que soñamos somos nosotros mismos cuando seamos diferentes. No es preciso de sentirse culpable de nada, pero sí corresponsables de todo. Porque, todo lo arruinamos entre todos. Los grandes problemas son la suma de las pequeñas actitudes. Hemos puesto la biósfera patas arriba, debemos enderezarla de nuevo. Para empezar, es preciso reconocerlo y asumir el costo del cambio.
Con base en lo expresado, entremos al caso concreto de nuestra ciudad de Valledupar. En muchas ocasiones hemos escuchado voces autorizadas como la del ingeniero agrónomo, José Dagoberto Poveda Borbón, diciéndonos, por favor, pongamos atención inmediata a la vegetación o arborización de la ciudad por la seria amenaza a que está sometida a través de algunas enfermedades, pero especialmente por la acción del comején, es decir, nos referimos al insecto arquíptero propio de estos climas tropicales, aunque existen comejenes de dos patas que también aportan su buena cuota a la depredación de la vegetación en Valledupar.
Digamos que la arborización de Valledupar lleva su proceso desde hace mucho tiempo, para lo que consideramos importante magnificar las administraciones municipales de aquellos alcaldes inolvidables en estas lides, como fueron Rodolfo Campo Soto y Aníbal Martínez Zuleta, pues bien, desde esa época no le hemos puesto la debida atención a ese patrimonio o legado que nos dejaron estos ilustres hijos de Valledupar. Si alguna cosa llama la atención de esta ciudad, aparte de su música, folclor y donosura de su gente, es su vegetación.
Muchos visitantes cuando llegan acá, expresan: Valledupar es una ciudad bonita, tiene una buena vegetación… Pero aquí viene el pero sin querer posar de apocalíptico, nos vamos a quedar más pronto que tarde sin esta belleza escénica natural, debido a la anorexia y a la incuria de los que tenemos la responsabilidad de administrar y determinar sobre lo público.
Existe un bien soportado estudio que trata sobre el Comején y las Termitas como una seria amenaza para la vegetación de Valledupar, dicho estudio fue realizado por el ingeniero agrónomo y entomólogo, Wilman Álvarez Almenarez y el también ingeniero agrónomo José Dagoberto Poveda, ojalá tomemos este documento con especialísimo interés, procediendo a aplicar sus recomendaciones para lograr controlar estos flagelos.
El 35% de nuestra vegetación está afectada, entre otros, uvitos, almendros, mangos, ceibas y palmas.
Finalmente, digamos que el comején no tiene estratificación, por ello, no sólo está incidiendo negativamente en la flora sino que también está atacando a las viviendas que tienen componentes de madera.
¿Será que nos permitimos quedarnos sin arborización?
¿Qué esperamos?
Actuemos, pero ya.
NOTA BREVE:
Señor Alcalde, mano dura contra el vandalismo del mototaxismo, no más tolerancia con esa plaga que propaga la intranquilidad y el desorden en la ciudad.