En una que otra columna con pasión me he referido a las regiones de la Antigua Aquitania y la Provenza francesa, sureñas y al norte de España, a las que yo asimilo las antiguas provincias de Valledupar y Padilla. Semejantes en el folclor musical, de trovadores y juglares.
En esta columna, así como la he intitulado, me contraigo a dos nombres, María Lourdes Hernández Mindiola y Lucila—‘Lucy’– Vidal Luque. Ambas tienen el donaire del ruiseñor, y como este, cantan de día y de noche; ‘Lucy’, inicialmente en el ámbito musical, luego también en el jurídico. Hereda la sangre paterna de una antigua familia riohachera e igualmente la materna de Atánquez. María Lourdes, impregna la suya, paterna de su progenitor proveniente del interior del país y de la de su madre, de rancia familia atanquera; o sea que ambas comparten el reconocido gineceo cultural que es la población de Atánquez, cuna también del preclaro filósofo Rafael Carrillo Luquez–cuyo segundo apellido conserva la final letra z–.
DOS EJEMPLOS DE LA REGIÓN
Ellas son, pues, dos distinguidas profesionales de la ciencia jurídica, cuyas biografías están jalonadas, desde temprana edad por hechos y actos de inteligencia, acompañados por una voluntad personal de superación.
Evidentemente, se destacaron como estudiosas aprovechadas en las disciplinas intelectuales hasta coronar su carrera jurisprudencial y ocupado cargos relevantes en la administración pública, ora en su ciudad natal Valledupar, ora en la capital de la República.
VIDAS EXITOSAS
Sus vidas han discurrido parejas en el sentido de logros exitosos y en la consideración del grado de excelencia de respetabilidad por parte de la sociedad valduparense a la que pertenecen y de admiración por sus superiores y colegas con quienes han estado laborando.
Por tanto, hacen parte encomiable de esa pléyade de personajes, mayores y jóvenes, a quienes yo he estado recordando y puestos de presente en mis columnas como ejemplos para las generaciones contemporáneas y futuras y a quiénes necesitamos visualizar constantemente para un nuevo liderazgo que de manera científica oriente los destinos sociales presentes y futuros de nuestros departamentos de La Guajira y el Cesar.
NO SOLO EN LA POLÍTICA
Hasta ahora hemos tenido líderes políticos y empresarios en las diversas economías; pero urgentemente requerimos orientaciones y ejecuciones que solamente un grupo considerable de personas educadas científicamente es capaz de guiar hacia el desarrollo de un proceso que, repito, requiere del concurso de expertos en su formulación y puesta en práctica, en los variados sectores del desarrollo humano, no sólo material, sino intelectual y espiritual.
Seguidamente, me permito transcribir un breve currículum profesional de las dos juristas nombradas.
María Lourdes, el valduparense exprocurador Edgardo Maya Villazón, la había designado procuradora judicial penal; posteriormente, fue magistrada de
la Sala Disciplinaria del Consejo Sección de la Judicatura de Cundinamarca; luego, magistrada de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura; más adelante, procuradora penal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, su servicio actual, confirmada por la procuradora, Margarita Cabello Blanco–dicho con sano orgullo familiar: Cabello, de Villanueva, La Guajira, y Blanco, de Barranquilla.
Lucy, fue fiscal seccional en Valledupar; luego, directora de la Fiscalía Seccional en el César, y actualmente, jefe de investigaciones especiales, nombrada por dicha procuradora, cargo que había desempeñado el actual magistrado de la Corte Suprema, el urumitero Francisco Farfán Molina, por designación de Maya Villazón. Desde los montes de Pueblo Bello.
RODRIGO LÓPEZ BARROS/ESPECIAL PARA EL PILÓN
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