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Roma locuta, causa finita

Esta columna de opinión ha sido motivada por la forma inadecuada, prepotente e inaceptable de un alto funcionario de este gobierno frente al fallo de la Corte Constitucional sobre el asunto de las muy cuestionadas foto multas, que fueron montadas con un fin aparentemente noble y loable pero que en el fondo y en más de un caso resultaron ser un negocio perverso y más de un bolsillo sí se ha llenado y quien resulta pagando cómo siempre es el ciudadano inerme ante la posición dominante del Estado ante la cual sino fuera por decisiones cómo esas sería aplastado inmisericordemente .

El nombre de este escrito corresponde a una expresión latina que se traduce: «Roma  ha hablado, el caso está cerrado». Se usa para indicar que un determinado asunto ha sido zanjado por alguien que tiene una autoridad inapelable. ​Que no hay más debate posible sobre ello, cómo en el caso que nos ocupa y eso debería saberlo el representante del ejecutivo . Creo que no recibió lecciones de Cultura Cívica, porque no se necesita ser abogado para entender eso y mucho menos si se ubica en las cumbres de la administración oficial. No sería malo pensar en un curso propedéutico.

Lo que ignora o desprecia el señor vice ministro lo propuso hace bastantes años el filósofo francés Montesquieu. Este formuló la  teoría de la separación o división de poderes,  en la cual el legislativo, ejecutivo y judicial son ejercidos por órganos distintos, autónomos e independientes entre sí, aunque estén desprestigiados, y constituye hoy y siempre la cualidad fundamental que caracteriza a la democracia representativa   que con tanto éxito han practicado las más poderosas naciones de occidente como USA , Inglaterra, Francia y Alemania , para citar solo unas cuantas

En un país como el nuestro en el que las instituciones son realmente débiles, insuficientes, desbordadas de cara al cúmulo de retos que tienen, en donde ni por excepción se pueda señalar y decir esta no, con la corrupción y el desprestigio convertidos en el plato del día, todos los días, lo mínimo sería exigir respeto entre los titulares de los diferentes poderes para no debilitar más nuestra endeble república. Hay cosas que no pueden lanzarse para arriba porque le caen a uno mismo. Vamos camino para donde muchos no quieren ir. Ese plato lo están cocinando a varias manos.

Yo sentí vergüenza ajena cuando escuché al joven y de seguro meritorio funcionario soslayando y buscando argumentos para incumplir la sentencia, esa que no admite más discusión. Su actitud y la de todo el mundo incluyendo la del gobierno debe ser la del acatamiento sin dobleces del fallo. Ya habló quien tenía que hablar, la Corte Constitucional . “Roma locuta causa finita”. A leer a Montesquieu señor viceministro. Hay algo que se llama respeto pero esa flor no es silvestre.

Siempre que he tratado de explicar esto a mis alumnos de derecho cito el ejemplo de la forma en cómo reaccionan los jugadores del béisbol de grandes ligas en Estados Unidos. Primero que todo se acercan al árbitro procurando no hacer gestos agresivos, los que son apreciados cómo una falta grave y segundo respetando aunque no compartan esa decisión.
Siempre es que hay distancia entre Dinamarca y Cundinamarca.

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