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El rol indígena en el equilibrio ambiental

A propósito de la visita que hizo ayer el presidente Juan Manuel Santos a la capital del pueblo arhuaco, Nabusimake, la tierra donde nace el sol, para formalizar la entrega de 500 hectáreas para implementar un proyecto de guardabosques, es importante resaltar el papel que cumplen las etnias indígenas en el cuidado del medio ambiente.

El Presidente Santos entregó los títulos de las primeras 500 hectáreas para desarrollar el programa Guardabosques Corazón del Mundo, al Cabildo, José María Arroyo.
El Plan de Guardabosques Corazón del Mundo es un modelo para replicar porque es el resultado de una alianza estratégica, liderada por los cuatro pueblos que habitan la Sierra Nevada. El triángulo que formaron las etnias, las corporaciones autónomas, en nuestro caso Corpocesar, y el Ministerio de Ambiente sí funcionó, y demuestra que los indígenas no son indiferentes con el cuidado de los recursos ambientales.

Están dispuestos incluso, en la medida que se titulen más hectáreas, a bajar sus comunidades de la Sierra para establecerse en la parte media y baja con el propósito de recuperar la parte alta, como ocurrió con el pueblo Kagueka que se instaló recientemente en el coregimiento de Caracolí con 60 familias que antes habitaban en los paramos, acción que ha permitido la reforestación de esa zona, lo que impacta positivamente la cuenca del rio Garupal.

Este plan de guardabosques inició hace más de dos años, y lo importante ahora es que pudieron comprar las primeras 500 hectáreas y tienen previsto para el mes de mayo obtener otras más.

Corpocesar tiene definido en su Plan de Gestion el componente Agua para el desarrollo sotenible y si hace todo el esfuerzo posible, podrá dar un saldo positivo, especialmente porque las tierras entregadas a los indígenas se encuentran en zonas de nacederos de agua, lo que permitirá que se de una reforestación natural. Un ejemplo de este proceso es el que se ha desarrollado en Jimain, donde en el pasado verano, el agua se conservó, así como la presncia de distintas especies de fauna silvetre.

Corpocesar aportará la suma de 600 millones para comprar 205 hectareas en la cuenca media alta del rio Ariguaní. El programa Guardabosques Corazón del Mundo busca que las tierras baldias y las que hoy están en manos de particulares, pasen a los resguardos indigenas de la Sierra Nevada.

En Pueblo Bello hay más logros para mostrar.

El trabajo que realiza la comunidad indígena en el resguardo Businchama para evitar la quema y la tala desde hace diez años ha dado como resultado el bosque que crece en la parte sur del municipio.

Hoy la Sierra Nevada la habita un 70 % de personas que no son indígenas, que también deben tomar conciencia ambiental para que no deforesten más, ni críen ganado o siembren cultivos que no favorecen a este sistema montañoso. Indigenas, autoridades ambientales y colonos deben trabajar unidos, solo así se puede salvar está riqueza natural que es la Sierra Nevada.

Categories: Editorial
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