Los barrios Roca del Valle y Villa Janeth, en el noroccidente de Valledupar, hacen parte de la comuna cinco, una de las más grandes de la ciudad, donde la violencia e intolerancia son constantes.
Asesinatos, peleas, intolerancia, maltrato intrafamiliar, hurtos y consumo de sustancias psicoactivas, son algunos de los hechos que han marcado a estos barrios, donde la comunidad añora la tranquilidad.
Aunque el ambiente de sus calles demuestren lo contrario, la incertidumbre siempre permanece entre sus habitantes, quienes raras veces deciden sentarse en las terrazas de las viviendas para charlar con sus vecinos o para disfrutar de las tardes acompañadas de brisas frescas.
“Ojo con ese celular, de aquí puede salir sin él”, dijo doña María Bermúdez mientras era entrevistada por EL PILÓN. Ella lleva 12 años viviendo en La Roca del Valle, un sector que inició con una urbanización que luego fue invadida por desplazados que dieron la lucha para quedarse con el terreno, tanto así que varios murieron en el intento.
Así como doña María, el habitante del barrio Villa Janeth, Álvaro Bertel, aseguró que los problemas que envuelven a su sector son similares, por las inconformidades del servicio de agua y de energía eléctrica, más aún en tiempo de lluvias y como si fuera poco, las calles sin pavimentar se convierten en desiertos polvorientos, ríos de piedras que impiden el paso vehicular.
Pese a todas las adversidades del sector, los habitantes de ambos barrios son trabajadores, emprendedores, ‘echaos’ pa’ lante y con una visión de progreso, de ahí sus ventas ambulantes, talleres, peluquerías y restaurantes al aire libre, negocios de todo tipo en búsqueda de un futuro mejor.
Los pobladores de ambos sectores piden a las autoridades mayores controles y acompañamiento para contrarrestar los distintos flagelos que afrontan.
Por Jennifer Polo /EL PILÓN