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Rita Fernández, homenajeada en el Encuentro Vallenato Femenino

Rita Fernández Padilla le contó a EL PILÓN pormenores de su vida artística. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

La creatividad y alto nivel poético que se refleja en sus canciones, la destreza en la ejecución del acordeón-piano y el constituirse en una de las primeras mujeres que incursionó en el mundo del vallenato le dieron méritos suficientes a Rita Fernández Padilla para que fuera la homenajeada del Primer Encuentro Vallenato Femenino, que se realiza desde ayer en la plaza Alfonso López de Valledupar.

“Recibo este reconocimiento con mucha complacencia y alegría. Dándole gracias a Dios que me ha permitido vivir estos años envuelta en la música y en la inspiración poética para la composición vallenata. Doy gracias por regalarle a este pueblo tantas melodías, de las cuales muchas se han inmortalizado, así como de aportar un granito de arena a la presencia de la mujer en el vallenato. Es un compromiso más de seguir en esta tarea hasta que Dios me lo permita con la responsabilidad y amor tan profundo que siento por este género musical”, aseveró la compositora, pianista y guitarrista oriunda de Santa Marta, pero declarada hija adoptiva de Valledupar, luego de que ella creara la letra y melodía del himno de la ciudad.

Sus inicios musicales los rememora en su hogar, puesto que desde que abrió sus ojos la música la envolvía. Su madre era pianista; ella fue su primera profesora cuando sólo tenía cuatro años, enseñanza que combinaba con su juego de muñecas. Su padre aunque fue un industrial, era guitarrista. Esta formación musical la fue perfeccionando con otros maestros, el cual selló con sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de la capital del Magdalena.

“En el colegio de La Presentación estaba en coros y grupos musicales. En unas vacaciones en Valledupar conocí a Gustavo Gutiérrez como compositor, me encantaron esas melodías nuevas y esa renovación en la esencia del vallenato; me pareció la conformación de una melodía más enriquecedora. Allí encontré un espacio para poder desplazar mi creatividad musical como compositora”, relata Fernández Padilla.

Curiosamente  en su primera composición su aporte  fue  de  carácter  musical únicamente, ya  que  fue  una  canción  compartida con  el  abogado y también compositor Alonso Fernández Oñate, quien  se  encargó de  hacer  la  letra  y  ponerle  el  título de Romance Vallenato, y  Rita Fernández Padilla, únicamente  le  hizo  la  música, lo  que se constituyó en el gran  el inicio  de  una  productiva  vida  musical.

Aprendió a tocar el acordeón piano, el cual llegó a su hogar porque su papá visitaba muchos barcos y uno de ellos trajo el instrumento, el cual compró para su hijo mayor, que era pianista. “Yo en los momentos que podía cogía el acordeón y empezaba a sonarlo”, recordó.

Las Universitarias

Cuando aparece el Festival de la Leyenda Vallenata, Rita Fernández invitó a unas compañeras de colegio para organizar un grupo que destacara que la mujer también podía hacer presencia en el folclor vallenato, grupo que bautizaron Las Universitarias porque dos de ellas cursaban primer semestre de ingeniería.

“Llegamos con pantalones cortos, blusas rojas y puntos blancos, recibiendo la aceptación de hombres y mujeres”, acotó.

La agrupación la conformaban: Carmen Mejía Barros, quien cantaba; Lucy Serrano Bruges, quien tocaba la tumbadora; Miriam Serrano Ceballos, quien tocaba el cencerro; Betty Nobman, quien tocaba la guacharaca; Lourdes Cuello Montero, quien tocaba la caja; y Rita Fernández, quien tocaba  la  concertina, cantaba y  aportaba  sus  composiciones.

Esa fue la ventana para que productores como Santander Díaz, que descubrió a Claudia de Colombia, se asomaran y pusieran sus ojos en el conjunto femenino. El disco se grabó en Bogotá con 12 canciones, entre las que se encuentran Los novios, de Freddy Molina; y Confidencia, de Gustavo Gutiérrez. “El lanzamiento de Las Universitarias fue algo apoteósico, algo así como Carlos Vives o Silvestre Dangond en el tiempo moderno”, aseguró.

Panamá, México y Caracas fueron las paradas de la primera gira. La fama de Las Universitarias aumentaba a la par de los impedimentos interpuestos por los padres y los novios.

“Yo encontré el mayor obstáculo en los pretendientes que tenía, ya que todos eran celosos y no querían que tocara”, aseguró Fernández Padilla, explicando que como la mayoría eran jovencitas y dependían de los padres, los cuales no compartían sus andanzas artísticas, el grupo solo duró año y medio.

“Tuve mucha oposición en la casa que me metiera en la música vallenata, porque mi papá decía que cómo iba a abandonar la música clásica, que según su criterio tenía mayor nivel musicalmente. Pero al final ganó mi entusiasmo y cariño por este género, del que me atraía el sentimiento, ese que hoy en día se está perdiendo en la música”, dijo la artista.

Sus composiciones

Entre sus composiciones más conocidas están: Amores y penas, Reflejo de amor, Romance Vallenato, Camino a San Sebastián, Sombra Perdida, Tierra Blanda, Dudas del amor y Las sabanas del rodeo.

Le grabaron Rafael Orozco, Adanies Díaz, Jorge Oñate, Fredy Peralta, Alfredo Gutiérrez, Gustavo Gutiérrez, entre otros; así como agrupaciones como: Billos Caracas, la orquesta de Juan Piña, Renato Capriles, los hermanos Martello y la orquesta de Fruco.

“Mis canciones son alabanzas a la naturaleza, a las cosas bellas, al alma y a la grandeza del espíritu”, así describe sus creaciones musicales.

¿Cómo nace el himno de Valledupar?

“Estando en Valledupar me sorprendía que siendo tan musical no contara con un himno; mucha gente me decía que el himno era el Amor, amor. Yo me preguntaba ¿cómo es posible?, eso no puede ser, ¿cómo se va a posesionar un alcalde al compás de las notas de esta canción? Yo llena de entusiasmo y cariño ideé un himno, inspirada en el calor humano, afectuosidad, cultivos y paisaje del Valle de Upar”, comentó la homenajeada del primer encuentro femenino de música vallenata.

Al paso  del  tiempo aparece la Cámara del Comercio convocando a un concurso para  la escogencia del himno de Valledupar, y ya  Rita  tenía  el  himno  casi listo, se  afanó  un  poco, corrigió algunos  versos y lo detalló  para presentarlo, el cual ganó por unanimidad.

Llamado

Fernández Padilla invita a los compositores de la actualidad a que se inspiren en el amor, puro y profundo, que da la verdadera energía y permite las más bonitas letras y melodías. “Yo no puedo creer que un ser humano lleno de soberbia, violencia, rencor y odio pueda crear una bonita canción”, dijo la destacada compositora.

“Hay que  sentir  el  amor, el  verdadero amor, no  el  amor  carnal o  el  amor  pasional, sino  el  amor  de  ser, el  amor de  dar,  porque  le  amor  de  dar,  es  más  grande  cuando  se  da,  que  cuando  se  recibe. Considero que hay  que  enriquecer la  parte  interior para  que  las  canciones  y  las expresiones  de hoy  sean distintas, que  toquen  el  corazón  para sentir  que  comienza  a  trascender  una  nueva  expresión  del  vallenato”, recalcó.

Sus hechos notables

Fernández Padilla participó en el Festival de la Leyenda Vallenata en la modalidad de Canción Inédita y obtuvo el segundo lugar con el tema Tierra banda, que posteriormente grabara Jorge Oñate. Más tarde participó en San Juan del Cesar en el Festival de Compositores, donde resultó ganadora con Sin Dejar Una Huella.

Lo más duro de su carrera

Para ella lo más difícil en su carrera musical es el hecho de ser el centro de atención. “No me gusta ser el espectáculo. Muchas veces me ha tocado interpretar mis canciones en público, lo cual me implica maquillarme notoriamente, estar impecable, y yo soy muy sencilla y de poco maquillaje”, manifestó la mujer que es el centro de atención en la capital mundial del vallenato.

¿Sabía usted que…

Rita Fernández Padilla sigue componiendo, recientemente hizo 14 canciones infantiles, de las cuales siete fueron grabadas en Miami por una editora internacional, las cuales van a ser divulgadas en canales de televisión infantil con videos animados?

“Ya me habían hecho otros homenajes, pero con otras características. La verdad el que más me ha gustado es éste, no porque me exalten, sino porque es la apertura a un espacio donde se reconoce el talento de mujeres que hacen parte del vallenato”: Rita Fernández Padilla.

La artista invita a los compositores contemporáneos a que se inspiren en el amor, porque considera que de este sentimiento surgen las más bonitas letras y melodías.

Acerca del certamen

El Encuentro Vallenato Femenino es una iniciativa de la fundación Decuplum, que dirige Sandra Arregocés, quien explicó que para el evento se inscribieron más de 300 mujeres, pero como no podían colocarlas a concursar en los dos días del concurso hicieron una selección, escogiendo a 30 compositoras, 30 cantantes, 10 acordeoneras infantiles, 10 acordeoneras mayores y 10 agrupaciones.

“Este evento de seguro va a fortalecer el género vallenato porque las féminas se animaran a practicar y a profesionalizarse más en lo que están haciendo. El llamado que le hago a las artistas es que sepan que es un don maravilloso que nos dio Dios; las invito a que no actúen como hombres en tarima y que sean femeninas porque lo lindo y enamorador de su puesta en escena es su feminidad”, acotó, asegurando que participan concursantes de México, Ecuador, Venezuela y Guatemala.

Por su parte, el coordinador de Cultura Municipal, Miguel Morales, expresó que “es una oportunidad que se da al género femenino de mostrar sus cualidades, su aptitud. Es una motivación que tienen de mostrar el vallenato, que no solo es de hombres, sino de todos. Es una oportunidad bonita para decirle a Valledupar y el resto de Colombia que las mujeres tienen su talento, el cual hay que valorárselo. Este evento queremos apoyarlo en años posteriores para que se constituya en un Festival Femenino, que no sea regional sino nacional”.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN

 

 

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