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Río+20: Dos Cumbres paralelas

Imelda Daza Cotes

A 20 años de la primera cumbre de la tierra en Río de Janeiro se realiza del 20 al 22 de junio, en esta misma ciudad, la Conferencia de la ONU para el Desarrollo Sostenible denominada Río+20. Asisten unos 80 jefes de Estado. Se anuncia que los temas centrales giran alrededor de la economía ecológica y de un marco institucional para implementarla. En realidad se trata de promover la llamada “economía verde” un concepto que manejan ahora los países poderosos y sus aliados, voceros todos del neoliberalismo, y que juzgan coherente con un modelo de desarrollo sostenible y con la reducción de la pobreza. Lo que pretenden es camuflar bajo un ropaje ambientalista un modelo económico que le permita al capital especulativo mercantilizar hasta los bienes libres que existen en la naturaleza, esto es, el aire, las selvas, los ríos, los lagos, los océanos, todo; buscan que la Asamblea les autorice para controlar y medir las funciones de la naturaleza lo cual daría lugar a un mercado de bonos negociables en el mercado financiero. Es decir, más que regular y controlar la explotación desmesurada de los recursos naturales buscan usufructuarlos bajo los criterios del capitalismo especulador, culpable de la actual crisis económica que afecta al mundo. Esto no constituye ni medianamente una solución a la crisis ambiental ni a la pobreza. El “enverdecimiento” de la economía es una máscara bajo la cual se quiere mercantilizar aún más la vida
Las expectativas frente a la Cumbre de Desarrollo Sostenible no son muy favorables. El propio secretario general de la ONU se quejó del escaso avance en las discusiones previas para acordar un Plan de Acción que aprobaría la Cumbre de Río. El Comité preparatorio, compuesto por 193 países, tampoco ha logrado unanimidad, está dividido. El director de Greenpeace International dijo que “los gobiernos atienden los intereses de quienes contaminan y no del resto de las personas” y agregó que era urgente detener la deforestación y promover una revolución energética con base en las fuentes renovables y en la eficiencia
El informe GEO-5 de la ONU alerta sobre las alteraciones en la tierra y en tono de alarma advierte que “Los cambios que actualmente se observan en el sistema Tierra no tienen precedentes en la historia de la Humanidad”. Dice tambien que “ Los esfuerzos por reducir su velocidad o su magnitud han dado resultados moderados pero no han conseguido revertir los cambios ambientales adversos”. Los expertos que redactaron el informe claman por una reacción de la comunidad internacional ahora, cuando aún es posible hacerl algo. Entre los problemas severos destacan el recalentamiento global, la pérdida de biodiversidad y de bosques y todos los episodios asociados a las sequías prolongadas, las lluvias excesivas, el impacto de todo esto en la salud, en el bienestar humano y en la seguridad mundial. El 80% de la población habita áreas donde la disponibilidad del agua no está garantizada
Paralelamente tiene lugar, allí mismo, la Cumbre de los Pueblos que reúne movimientos sociales y ecologistas de todo el mundo. Están por un modelo de “economía solidaria” que defienda los bienes comunes, el aire, la atmósfera, las tierras ancestrales y comunales, los parques naturales, las semillas, el paisaje, los conocimientos, la información genética y la biodiversidad como bienes colectivos que no pueden privatizarse, ni menos ser expuestos al mercadeo especulativo. La naturaleza es de todos y es hora de reconocerle derechos. El planeta tierra está en peligro a causa del consumo excesivo y de la depredación de los recursos, promovidos por el modelo económico predominante. Urge redefinir el concepto de desarrollo de manera que no dependa del crecimiento económico, porque como dijo algún analista: “Quien crea que en un MUNDO FINITO es posible el CRECIMIENTO INFINITO o es un loco o es un economista neoliberal”
La Cumbre de los Pueblos reclama tambien la soberanía alimentaria y la agricultura campesina; se opone a la compra y concentración de grandes extensiones de tierras por parte de las empresas transnacionales; lucha por la justicia ambiental y por el uso racional de los recursos naturales, por una legítima economía verde y un verdadero desarrollo sustentable y sostenible que nos haga renacer la esperanza por un futuro donde se consuma menos, avance el reciclaje, disminuyan las basuras tecnológicas, en fin, un mundo donde todos podamos respirar mejor y vivir en armonía con la naturaleza

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