Hay un pueblo, un rincón de ensueños en este departamento, donde el silencio, el entorno, te inducen a un encuentro consigo mismo por la paz que allí se respira, por su situación geográfica privilegiada, por su gente culta, laboriosa, enraizada en su terruño como los árboles. Todo esto presente en su historia comarcal, la conservación de la ciudad, de sus costumbres, tradiciones, el patrimonio religioso, arquitectónico, hacen de Río de Oro un tesoro inapreciable, digno de admirar.
Aunque no voy a profundizar en este tema histórico. La fecha más documentada de su poblamiento es el 1 de agosto de 1658, relacionado con un evento de carácter religioso, como sucedió en todas las poblaciones fundadas o pobladas por españoles. En esta fecha se trasladó la Virgen del Rosario de Chiquinquirá desde Brotaré, hasta el sitio de Río de Oro, por los Frailes Agustinos Calzados. Otros historiadores afirman que debió haber acontecido años antes porque a comienzos de la conquista, Ambrosio Alfinger llegó hasta las tribus de los carates o caretas que habitaban las poblaciones que hoy día son Río de Oro y González.
Uno de los patrimonios que atesora es su arquitectura colonial muy bien conservada, como característica resalta la tapia pisada pintadas con cal y cenefa roja, techos de teja española, bellas puertas y ventanales, pisos en barro cocido, amplios corredores, estas casas solariegas están adornadas con bellos jardines interiores. Conserva sus callejones de ensueño, antes empedrados, sus nombres tradicionales, supervivencia de la historia.
Conmemoran varias festividades: en especial las de carácter religioso, los carnavales, el cumpleaños del municipio. El ámbito musical es variado, lo mismo se oye el sonido de guitarras, acordeones, tambores, así como las bandas en sus retretas, parrandas y serenatas interpretadas por voces inspiradas de cantores y compositores con temáticas variadas.
Destacadas personalidades han nacido en esta tierra, distinguidos por su desempeño en la educación, la cultura, la administración pública, el ejercicio del derecho. Su influencia en Valledupar desde la creación del departamento ha sido importante. En el momento dirige con mucho acierto la Cámara de Comercio de Valledupar el abogado José Luis Urón Márquez, quien cuenta en su haber con amplia experiencia en la ciencia de la Administración Pública, el manejo financiero y de recursos humanos, aunados a sus dotes de buen relacionista público, liderazgo y formación humanística, quien ha sabido combinar con buen tino el derecho mercantil a los actividades cívicas y culturales.
Es así como ha incluido en su agenda una serie de personajes destacados de la ciudad por sus actividades en pro de la sociedad vallenata. De igual manera ha trazado unas metas en cuanto a estimular a escritores reconocidos publicando algunas obras de gran importancia a investigadores sociales destacados. Ha apoyado eventos culturales, sobre el medio ambiente. Digno de destacar el homenaje al Maestro Leandro Díaz y otros similares.
Además ha incluido las mismas que tienen que ver con la misión de la entidad, como es la titulada: “la Cámaras de Comercio- Introducción al Derecho Mercantil, desde la perspectiva del Neo constitucionalismo y Multimega mucha globalización”.
Finalizo con los siguiente versos: Río de Oro en el mapa injusto de la patria/ es un puntico apenas que humilla su importancia/ No importa…Río de Oro / es una capital de mil nostalgias, / con avenidas, de silencio / y con capitolio de esperanzas / con solariegas casas que meditan / en la biblia total de la añoranza / y en el cansancio inútil de las tardes/ se arrodilla la paz en las ventanas…(José Manuel Peláez Herrera)
Giomar Lucía Guerra Bonilla