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Riesgo por agua del río Cesar

Imagen reciente del río Cesar, que también aparece como afectado por cambios del clima y los fenómenos extremos según el Estudio Nacional de Aguas. EL PILÓN / Joaquín Ramírez.

La crisis que atraviesa el río Cesar quedó evidenciada en un estudio de aguas sobre los riesgos del recurso hídrico de 110 centros urbanos realizado por el Ideam.

El informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, en conjunto con el Ministerio de Ambiente, identifica las presiones que hay sobre el recurso hídrico y el estado actual de este en el país. Se trata del Estudio Nacional de Aguas, que se elabora cada cuatro años y cuyos resultados se conocieron este martes.

En el desarrollo de la investigación, el Ideam identificó 18 subzonas como las más vulnerables a los cambios en sus aguas, bien sea porque podría escasear el líquido o porque en condiciones de abundancia habría emergencias y desastres naturales. En estas áreas, 39 municipios presentan los peores indicadores.

En cuanto a los cambios del clima y los fenómenos extremos, los ríos con mayor impacto serían: Cabrera, Gualí, Guarinó, Pescador y Cesar, en el área del Magdalena – Cauca; Tapias y Ranchería, en La Guajira; Guachaca en el departamento del Magdalena, y en el Orinoco: Guavio, Pauto y Ariporo.

En otras regiones también se verían afectados los ríos Prado, Sumapaz, Chicamocha, Rionegro, Catatumbo, San Juan, Guachal y Bajo Cesar.

Con respecto a dicha información, el secretario de Ambiente, Andrés Felipe Meza indicó que no solamente está afectado el río Cesar, sino todos los que nacen en la Serranía de Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta “han tenido muchos problemas por la incidencia de la sequía y por ende el déficit hídrico en nuestro departamento”.

Manifestó que desde la autoridad ambiental es obligación hacer esos balances hídricos para evitar que el consumo sea mayor a la disponibilidad, como pasa en Valledupar. “Desde la Gobernación hemos venido protegiendo y comprando predios para los acueductos municipales, también hago un llamado a todos los sectores productivos que utilizan nuestras fuentes para que tengan un uso racional, dado que como indica dicho informe todos los ríos de nuestro departamento están en ese riesgo y es una obligación de todos”, sostuvo el funcionario.

La investigación a cargo de un equipo de 20 expertos nacionales y 25 instituciones, se elaboró en cinco áreas hidrográficas, 41 zonas y 316 subzonas en las que se ha dividido el país.

Alerta por materia orgánica
En muchas ocasiones se ha puesto en conocimiento de la ciudadanía de este departamento la contaminación que recibe el río Cesar, a la altura del puente El Salguero tras el vertimiento de aguas residuales del municipio de Valledupar, y dicho estudio estima que al año, cerca de 756.945 toneladas de materia orgánica biodegradable se vierten a los sistemas hídricos, mientras que lo que no se degrada naturalmente alcanza las 918.670 toneladas.

Otra preocupación de las autoridades ambientales es por los vertimientos de metales pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio y el cromo. Las tres zonas con mayores arrojos de estos químicos son el río Atrato, el río Cauca (en su tramo por Antioquia) y algunas zonas del Magdalena medio y bajo, donde llega el río Cesar.

En La Guajira
Según el Estudio Nacional del Agua presentado por el Ideam, en La Guajira cerca de 5.848 kilómetros cúbicos de agua hay en el subsuelo. Otro indicador del informe tiene que ver con el agua de escorrentía que se produce, líquido que recarga los acuíferos con el agua de lluvia.

Este informe indica que en el departamento ubicado al norte de Colombia caen cien milímetros de agua al año y es la escorrentía más baja de Colombia. El territorio de la Alta Guajira atraviesa una sequía de casi cuatro años, el nivel de encharcamiento es mínimo, sobre todo que el déficit de agua por lluvias o precipitaciones es del 90 %.

“Desde luego el manejo del agua subterránea en el país se maneja basado en las escorrentías que tenemos, porque hay una relación directa entre lo que llueve y lo que está en el acuífero”, explicó Omar Franco, director del Ideam.

Este estudio refleja que se debe monitorear los niveles de agua, hacer inventario de los pozos y sus niveles, para poder usar el agua disponible y saber cuánto se debe usar. En Chocó la escorrentía es de seis mil milímetros al año y la escorrentía anual en todo el país es de 1.764 milímetros al año.

La calidad del agua fue otro capítulo del estudio y el panorama preocupa por cuenta de los materiales no biodegradables y los metales pesados que se vierten en las fuentes hídricas.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co

 

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