Como una forma de conocer más sobre la región del Cesar y sus habitantes, así como de aprovechar las historias de los estudiantes para que sirvan de apoyo a su proceso de motivación. Así concibe la docente Lucía Eufemia Meneses Lucumí el proyecto ‘Retratos y voces del Cesar’, libro escrito por un grupo de 28 estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz en el cual plasman su sentir sobre aquellos mentores o seres que admiran e influyen en sus vidas.
Meneses Lucumí, quien estuvo al frente del proyecto, explicó que el libro es el resultado de un ejercicio de aula de la asignatura Lenguaje y Comunicación que “les permitió a los jóvenes explorar sus habilidades de escritura y ahondar sobre sus ancestros y su cultura, entendiendo que las dificultades o adversidades en la vida no son una talanquera para cumplir sus sueños, que solo se necesita constancia, lucha, y una meta clara”.
La publicación, que se divide en tres partes: “Figuras femeninas”, Figuras masculinas” y “Cosmovisiones”, fue escrita por estudiantes de seis programas de la Sede de La Paz.
“El objetivo es que se conviertan en referente de escritura para promover la escritura y lectura de estudiantes de la Sede de La Paz sin importar la carrera, promover escribir más sobre la región y promover más la lectura de niños y jóvenes”, señaló Meneses.
En el prólogo, la profesora Marcela Camacho Navarro, vicerrectora de la UNAL Sede de La Paz, destaca que “allí emergen las historias personales en un territorio que vivió la violencia proveniente de muchos actores y que fue tolerada por un Estado débil”.
Por su parte, la profesora Aura Catherine Carvajal, una de las editoras del libro, menciona que “en algunos de estos relatos se ve a la madre como heroína, ya que la mayoría son mujeres sin oportunidades, sacrificadas en el deber a la familia y los hijos, que labran sus vidas con esfuerzos y en medio de violencias estructurales y de género”.
Agrega que “cuando los hombres están presentes es porque han tenido mejores oportunidades laborales y educativas; sus esfuerzos se destacan como elementos diferenciadores. El destino y el mandato divino parecieran explicar sus trayectorias vitales, en las que aparecen territorios como oportunidades mediante narrativas que hablan de salir adelante por medio de migraciones y vidas dinámicas que enfrentan las adversidades”.
Uno de los protagonistas de Retratos y voces del Cesar, es Erick Enrique Bastidas Santana, estudiante de Ingeniería Mecatrónica quien expresó que su inspiración fue su madre, Cenit Santana, por su lucha diaria para salir adelante.
“Pese a las dificultades económicas que ella afrontó en su niñez y juventud, sacó adelante su primaria y bachillerato con honores. Tenía que llevar sus cuadernos en las manos, envueltos en cartón porque mis abuelos no tenían para comprarle un bolso, por lo que se exponía a que sus apuntes se dañaran con el sol o la lluvia. Debía irse a pie desde su casa, que se encontraba en un perímetro alejado de la ciudad, hasta la Casa de la Cultura, donde se encontraba la Biblioteca Pública de ese entonces. Además, en un tiempo la situación económica en su hogar empeoró y tuvo que irse sin desayuno a estudiar; esto llevó a que un día, en la jornada de descanso, se desmayara. Ella es mi referente; por ella lucho día a día, quisiera graduarme pronto, trabajar y darle la vida de reina que se merece”, relató Erick.
A su turno, la docente Heidy Díaz Martínez, de la asignatura Lenguaje y Comunicación, aseguró que “el libro es el resultado de un arduo trabajo del equipo de la asignatura, en el que se construyó un espacio de diálogo semanal para comentar sus experiencias sobre los procesos que tenían con los estudiantes en el aula del Laboratorio”.
“Entre informes, risas y saberes pedagógicos se fue gestando el deseo de compartir con los demás las escrituras de los estudiantes, quienes desde el territorio nos contaron sobre sus familias, el amor y las tradiciones. Ellos investigaron el pasado para plasmar un fragmento en este gran tejido”, enfatizó.
La compilación y edición de los textos se realizó en el Laboratorio de Paz Territorial, el cual potencia la innovación de las comunidades para gestionar la paz local, y considera que los estudiantes de la Sede son los nuevos actores sociales de la región.
La profesora Claudia Mosquera Rosero-Labbé, cocreadora del Laboratorio de Paz Territorial, enfatizó: “los estudiantes son el nuevo capital social, cultural y humano de este departamento, por lo que son las personas con las que se tiene que contar, no cuando sean profesionales, sino desde ya. Ellos forman parte integral del presente y del futuro de esta región, por lo que con este libro quisimos dejar una huella de nuestra convicción profunda en ellos”.
POR REDACCIÓN CULTURA / EL PILÓN