La elevada concentración urbana plantea a las ciudades y a los países una serie de retos para atender las necesidades de las poblaciones en crecimiento, comenzando con elementos básicos como infraestructura, saneamiento, transporte, energía, vivienda, seguridad, empleo, salud y educación, y pasando por otros también fundamentales como comunicación y esparcimiento.
El funcionamiento sostenible e integrado es uno de los grandes retos de las ciudades colombianas en el presente siglo. En esta perspectiva debemos entender el propósito de la misión emprendida por la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales. La XIII Cumbre de Ciudades Capitales celebrada en Valledupar del 24 al 26 de mayo, no obstante a las críticas por el costo, sede de desarrollo del evento y porque supuestamente no hay evidencia del valor que crea, constituye un escenario para evaluar la problemática de las ciudades del país, en aras de alinear la política pública nacional, ciudades modernas, con el orden territorial, particularmente, por el escenario novedoso del posconflicto.
La preocupación por la complejidad de la estructura urbana, que antes se atribuía solo a las megaciudades, ha cambiado con la nueva demografía. Estas inquietudes fueron incluidas en el proyecto realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) bautizado con el nombre: Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES).
A partir de una visión multisectorial que abarca tres dimensiones, (Sostenibilidad medioambiental y cambio climático, Sostenibilidad urbana y Sostenibilidad fiscal y gobernanza). Esta iniciativa procura afrontar los retos de los gobiernos locales de ciudades emergentes con poblaciones entre 100.000 y dos millones de habitantes, y con un crecimiento económico y poblacional por encima del promedio en los países de Latinoamérica y el Caribe. (ALC).
La relación de la visión estructurada por el BID, está articulada con el objetivo de desarrollo sostenible número 11 y los objetivos de la Política Publica nacional, ciudades modernas, que entre sus propósitos proyecta: Reducir gases efecto invernadero, movilidad urbana sostenible, más y mejor espacio público, visión supramunicipal y con enfoque diferencial, integrar el territorio urbano y rural, conectividad digital, mejorar la productividad y competitividad, mejorar ingresos municipales y ciudades más seguras y equitativas.
Analizando las líneas de acción de la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales, encuentro simetrías con la construcción del futuro en nuestras ciudades. Sin embargo, el reto debe ser juicioso y armonioso, iniciando con la corrección de las deficiencias técnicas y desactualización de los planes de ordenamiento territorial, de este modo es posible lograr posicionamiento como instrumento de desarrollo. Paso seguido ejecutar los objetivos en el horizonte establecido, con visión holística, sin las vanidades del gobernante de turno y respetando la programación de la política.
Los procesos de desarrollo urbano desarrollan componentes de carácter técnico, incomprensibles para la ciudadanía, que prioriza y reclama resultados tangibles. Estos a su vez son inalcanzables sino son formulados con base en la planificación. La Asociación Colombiana de Ciudades Capitales concibe ese proceder como función principal y tienen el reto de diseñar desde los territorios una agenda común que involucre tendencias favorables, para ir migrando de una gestión tradicional a la ciudad inteligente.
Por Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12