Los sectores público y privado tienen que trabajar coordinados para fortalecer la confianza en la democracia y en el país. Deben asumir los principales retos de la humanidad como son: la crisis climática, el sistema de salud, que desnudó su realidad durante la pandemia, y la nueva prensa digital y sus modernas e influyentes herramientas, que permiten colaboración social.
Un tema importante es la transición energética, hasta cuándo vamos a depender de la producción de combustibles fósiles que seguro durarán más tiempo. También debemos impulsar los nuevos recursos energéticos y no quedarnos al margen de nuevas energías como el hidrógeno verde, y recursos naturales como el litio, elementos básicos para la construcción de paneles solares y baterías que requieren empresarios que impulsen estas nuevas oportunidades de negocios.
Los gobiernos deben apoyar al sector privado dándole herramientas necesarias y la motivación para desarrollar los exigentes cambios. Es una nueva tarea, con participación de la academia, para buscar mayores niveles de desarrollo.
Colombia debe tener las herramientas que fortalezcan su “crecimiento económico sostenible” que realmente produzca un avance. Si no hay crecimiento económico con creación de riqueza no habrán recursos para el estado benefactor progresista, ni para impulsar estrategias industriales con políticas de innovación que permitan mayor desarrollo económico. Es un trabajo mancomunado, y el Estado se debe preocupar para que el sector privado desarrolle la nueva infraestructura de nuevas energías. Si no le tocaría hacerlo al sector público con las restricciones ya comprobadas.
Hemos avanzado porque el sector privado ha asumido tareas y se dieron condiciones para desarrollar nuevas tecnologías energéticas. Quedan temas por desarrollar. Los sectores deben tener un nuevo modelo de economía. No dejar que sea únicamente el sector privado a través de su propia gestión y Lobby. Las utilidades del petróleo serán indispensables para una transición energética.
El mejor ejemplo del poder del trabajo público-privado fue la creación del internet. Hay que aprender de los fracasos como parte de una estrategia industrial para que el gobierno escoja los sectores de la economía que deben avanzar. Sin caer en una discusión vana hay que trabajar conjuntamente para sacar el mayor provecho del desarrollo económico.
En Colombia, como en el resto del mundo, se prevé una desaceleración de la economía, y se incrementará la desigualdad social. La clase media será más débil y más pobre. El gobierno debe salvar también las empresas más pequeñas que son las más vulnerables, tienen menos capacidad económica. Aunque se han recuperado y ya llegamos a los niveles de producción y consumo del año 2018, la pandemia debilitó las empresas, aumentó el desempleo y la desnutrición, dependemos de la economía mundial, y ahora con inflación de 12,2 %.
Problemas como la crisis climática serán cada vez mayor y además tendremos que lidiar con una recesión macroeconómica mundial, que subirá las tasas de interés. La única manera de apoyar la economía de los más pobres es, con una economía más segura, más productiva y más exportadora.
Las normas actuales facilitan la concentración económica más productiva. Por ejemplo, atender solo a los pacientes que tengan capacidad económica. Afortunadamente, Colombia ha avanzado en un sistema donde la gente pobre y humilde tiene acceso a un sistema de salud avanzado. La tasa de homicidios se ha duplicado, por eso hay una señal que trabajar más para atender a la gente más pobre, más humilde, con más problemas de hambre.