Hace varios días, en uno de los retenes callejeros que a menudo realiza la policía me pararon cuando conducía mi vehículo, en dicho operativo, uno de los agentes después del saludo protocolario y de pedirme la documentación pertinente, me pregunta si portaba arma, amablemente le respondí que no.
Sin embargo, el agente volvió a preguntarme qué clase de arma portaba, ante lo cual, en tono airado le dije que si no me creía que andaba sin armas para que insistía en lo mismo, me respondió con la advertencia de que no me enojara porque podía morirme de infarto, ya que lo hacía como jocosidad, a la vez se jactó de que llevaba quince años como policía. Pese a mi enfado, tal jactancia me hizo sonreír.
Después del altercado, el agente de marras, autoritariamente me ordenó desembarcar para requisarme y revisar el vehículo, al verificar que tenía toda la documentación al día y no portaba armas, me ordena seguir, advirtiéndome que podríamos encontrarnos en diferentes condiciones; es decir, que yo no tuviera todo en orden. Clara intimidación que preferí no replicar.
Escribo este comentario, no porque esté en contra de los retenes policiales callejeros, sino en la forma como proceden algunos policías en el operativo, como este que me amenazó porque le sugerí que cambiara su comportamiento, que me fastidio a mí, que muchos me catalogan como calmado, me pregunto qué pasará con los consideradosirascibles.
Aunque no es la primera vez que la policía en sus retenes callejeros me ha preguntado más de una vez si porto armas, en verdad, creo que esta esta respetable institución instruye a sus miembros a tratar amablemente a la gente o que no la incomoden. Porque si bien en sus operativos es aceptable que pregunten a la gente si porta armas, ante la respuesta negativa, lo correcto es verificarlo sin insinuaciones inoportunas.
Pero, francamente, pareciera que este agente de policía en referencia y los otros que actúan como él, no ponen en práctica los buenos modales que le enseña la reformada institución policiaca. Su jactancia de que lleva más de 15 años de ser policía, me hace pensar, que los mejores policías son los más novatos por su educación de la policía modernay los peores los más antiguos por los vicios aprendidos de la vieja policía arbitrariade antes.
Ojalá este comentario llegara a manos de los comandantes de la policía, para que tengan a bien en corregir a los policías que tratan mal a la gente.
Por José Romero Churio