En el municipio de Chiriguaná, en el eje minero del departamento del Cesar, renació de las cenizas el Hospital Regional San Andrés, que debido a la crisis económica pasó hace un año de ser un hospital de segundo nivel a prácticamente un puesto de salud.
EL PILÓN de manera reiterada publicó informes sobre la delicada situación del San Andrés, tanto en la parte de atención a los usuarios, la deuda con los empleados y la alta cartera por cobrar. Por eso desatacamos la noticia que dio el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, cuando anunció que en un acto especial que se convirtió en una fiesta para los habitantes del municipio de Chiriguaná, verificó personalmente la reapertura de los servicios de mediana complejidad en la ESE Hospital San Andrés, tras un año de la suspensión de los servicios de segundo nivel de atención.
El 12 de diciembre, a través de la Resolución No. 003927, la Superintendencia Nacional de Salud ordenó medida cautelar de vigilancia especial por un término de seis (6) meses al Hospital Regional San Andrés, un centro hospitalario de segundo nivel que debe brindar atención a toda la población del centro del departamento del Cesar.
La tercera etapa de la sede de este hospital tuvo una inversión cercana a los siete mil millones y a pesar de tener toda la infraestructura y la dotación para prestar los servicios, las deudas no le permitieron funcionar, situación confirmada por la Supersalud que identificó a través de auditorías, varios aspectos que impactaban la prestación de los servicios y afectaban la estabilidad del hospital, como las deudas por concepto de salarios o prestaciones con personal de planta por 783 millones, equivalentes a 6 meses de salario en promedio; las deudas acumuladas con contratistas por valor de 3.382 millones de pesos; el bajo número de pacientes que acudían a servicios de urgencias y hospitalización debido al cierre de los servicios de segundo nivel, poca gestión de cobro de cartera dado que el indicador de rotación de días de cartera era en el 2016 de 1.398 días.
Esperamos que estos problemas se estén superando y que el apoyo y visto bueno de la Superintendencia que permitió reabrir los servicios de mediana complejidad, sea un espaldarazo para que supere todos los inconvenientes y toda la infraestructura y equipos adquiridos se usen para garantizar la salud de los habitantes no solo de Chiriguaná, sino de los municipios del centro del Cesar.
La meta, como bien dijo el gobernador Ovalle, debe ser reabrir el segundo nivel, por lo pronto cuentan con servicios de ginecología, medicina interna, pediatría, cirugía y anestesiología.