Del servicio médico depende la vida de muchas personas. Estos profesionales tienen una gran responsabilidad a su cargo, en los hospitales públicos, clínicas, puestos de salud y en las ambulancias cuando transportan a un paciente. En todos estos escenarios se necesita que exista un máximo de respeto por su trabajo, sin interferencias ni obstrucciones.
Este respeto que exigen los cuerpos médicos, como lo han hechos varias veces los médicos de las diferentes sedes del Hospital Eduardo Arredondo Daza en Valledupar por acciones violentas contra ellos, es de doble vía. EL PILÓN defiende el derecho a la igualdad y en este caso el respeto también debe ser del cuerpo médico hacía los pacientes, cuyos derechos son pisoteados en las urgencias y en los diferentes servicios médicos.
Solo la Personería de Valledupar interpone un promedio de 15 tutelas mensuales para defender los derechos de los ciudadanos que por sí solos no pueden acceder a la atención que requieren. Las fallas en la atención médica son evidentes (diariamente en Colombia se registran más de doce tutelas por salud).
Por eso debe existir un respeto mutuo, del paciente al médico y del médico al paciente, sin la excusa que todo es culpa del pésimo sistema de salud que existe en Colombia.
El buen trato y respeto es una buena medicina, quizá mejor que el Ibuprofeno o la Acetaminofén que recetan.
EL PILÓN destaca hoy este tema porque considera importante que este tema sea abordado esta semana en Bogotá, donde se reunirán miembros del servicio médico en un evento internacional que tiene como propósito principal buscar soluciones para los servicios médicos y analizar las consecuencias humanitarias de la falta de respeto por éstos. Es un evento en el que harán presencia autoridades de salud y sociedades médicas de todo el país, incluyendo al Cesar.
El Ministerio de Salud y Protección Social y el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Cruz Roja Colombiana y la Cruz Roja Noruega son los encargados de toda la organización.
Esta es una jornada bastante extensa –tres días- en las que se facilitará el intercambio de buenas prácticas para mitigar los riesgos de inseguridad y la vulnerabilidad de los servicios de salud.
En Bogotá junto con expertos internacionales revisarán muchos temas, entre esos qué genera que la comunidad le pierda el respeto. Por ejemplo, en Valledupar las sirenas de las ambulancias se escuchan con más frecuencia, por todos los sectores, y si bien es cierto que ahora se registran más accidentes, también lo es que muchas veces el grupo paramédico que se transporta en ellas, hacen uso indebido de dichos vehículos. Motivo que puede justificar la indiferencia de los conductores cuando escuchan la sirena de la ambulancia para solicitar paso vehicular.
El respeto es mutuo.