En cierta ocasión, el señor Efraín Quintero Araujo (q.e.p.d.), uno de los pioneros del cultivo del arroz en la region, con solvencia y conocimiento, nos informó que hacia el año de 1930, en Valledupar, ayer estado soberano del Magdalena, no se cultivaba el arroz y para el consumo, el producto era ingresado en forma ilegal por la zona de
La Guajira, procedente de las islas de Aruba y Curazao; y la gente lo denominaba como arroz americano, pienso que se trataba de la variedad blue -bonnete- 50.
Igualmente nos contó que aún en el año de 1934, la municipalidad de Valledupar era una pequeña provincia, permanecía en su estado colonial, con dedicacion a la artesanía, cultivos de pancoger y en otras palabras a la actividad pastoril, aún no existían hasta la fecha vías de comunicación que la pusieran en contacto con las regiones desarrolladas del pais; pero fue así como en el año de 1935, siendo presidente de la República el doctor Alfonso López Pumarejo, quien motivado por sus ancestros vallenatos, logra despertar interés de la nación por estas tierras, entonces es cuando entra en ejecución el diseño de víaas, lográndose el contacto definitivo e integración de la región con el resto de la nación.
Al revisar un poco la historia, el doctor Andrés Medina (q.e.p.d.) también hizo su aporte y nos indicó que el inginiero civil (alemán) Herman Eberlein y su compatriota Jose Trasler, fueron los primeros en desarrollar el cultivo de arroz en la antigua provincia de Padilla; ellos hacia el año de 1940, atraídos por la fertilidad de las tierras del sur de La Guajira, bañadas por el río Ranchería, como se trataba de terrenos baldios, decidieron civilizar una extension aproximada de dos hectareas en predios localizados en el hoy municipio de Distraccion. Para la civilizacion se apoyaron en herramientas y equipos rudimentarios, pero pronto fueron amonestados por vecinos de la municipalidad, se le formularon serias acusaciones como las de querer construir una pista de aterrizaje; por eso fueron privados de la libertad y recluidos en el antiguo Batallón del ejército Rondón N. 2, aún acantonado en Buenavista.
Ante la situacion surgida, los señores Crispín Medina Vega y Antonio Daza Vidal, hombres también de vision futurista y quienes confiaban en la bondad del proyecto, decidieron asumir la defensa, para lo cual presentaron ante la comandancia del Ejército, un memorial firmado por personas respetadas de la regin. Los señores Eberlein y Trasler salieron en libertad´, dando luego continuación al proyecto. Para la preparción de las dos hectareas, utilizaron arado de yunta (vertedera y bueyes) y así se desarrolló el primer cultivo de arroz en la región, para lo cual se utilizó una variedad criolla tipo Miramono, procedente de la sabana de Bolívar.
Con el tiempo los señores Eberlein y Trasler aumentaron el área de siembra, para facilitar la comercialización montaron el primer molino consistente en una trilladora accionada por el toma fuerza de un tractor; así se fue fomentando el cultivo en la zona y rapidamente se adoptó entre los pocos agricultores de la época (zona del Hatico- Fonseca) el conocimiento de las prácticas culturales existentes.
En el año de 1946, el cultivo se extiende a la provincia de Valledupar a nivel de parcelas (pancoger) y, ya en forma comercial (1948), el primero en desarrollarlo fue el doctor Alfonso López Michelsen, quien asesorado por ingenieros adelanta la siembra de varios lotes en la hacienda El Diluvio, predio hoy de propiedad de los hermanos Molina Araujo.
Posteriormente también se vinculó al cultivo el dotor Pedro Castro Monsalvo en la hacienda El Zanjón, lo mismo hizo Joaquín Sierra en el predio denominado Campo Alegre en Badillo, y los hermanos Clemente, Eloy y Efraín Quintero Araujo en la finca Bélgica; el cultivo se fue extendiendo y en la brega de la epoca se encontraban además Hernando Molina Céspedes, Joaquín Ovalle Muñoz, Carlos Dangond Daza, Eduardo Gloria, Edgardo Pupo, Francisco Valle, Ulises Sánchez y Enrique Maya Bruges, entre otros.
En el año de 1957, los agricultores acusaban muchos problemas, relacionados con el manejo del cultivo, asistencia técnica y, especialmente, con la comercializacion del grano; es por eso que reunidos en asamblea en el antiguo Café La Bolsa de Valledupar, toman la valiosa decisión de contactar a don Jorge Ruiz Quiroga y es cuando reciben todo el apoyo del gremio y así logran integrarse a la Federacion Nacional de Arroceros, estableciendo en Valledupar una oficina en la casa de la señora Rosa Urbina (hoy restaurante y tienda de artesanías Compae Chipuco) en la plaza Alfonso López Pumarejo, así empezó la organización del gremio en la región; siendo el primer comité integrado por los señores Efraín Quintero Araujo, Carlos Dangond Daza, Edgardo Pupo Pupo, Clemente Quintero Araujo, Elías Lacouture Acosta, Joaquín Ovalle Muñoz y Hernando Molina Céspedes, como miembros principales, y como suplentes los señores Andrés Medina Parodi, Javier Daza F., Aurelio Maestre B., Ulises Sánchez Barliz, Francisco Valle D., Víctor Julio Hinojosa Sierra y Luis Molina Quintero. Dignatarios: como presidente estuvo el señor Efraín Quintero Araujo y como vicepresidente Edgardo Pupo Pupo.
Se puede decir que fue la época en que empieza la tecnología, adquieren insumos (agroquímicos y semilla certificada) de comprobada calidad y a sentir fuerza gremial.
En el año de 1967, Fedearroz inaugura sede propia (seccional y planta de planta de semillas), en la carrera 16 N. 21-72, donde intervino como ingeniero residente el profesional del ramo Joaquín Campo Soto; posteriormente se autoriza la apertura de oficinas en Aguachica y San Alberto en el Cesar, y en Fonseca en La Guajira.
Al cumplir 60 años la seccional y 50 la planta de semillas, admiro la fortaleza gremial existente, lo que nos ha conducido a un incremiento, a un cambio, a una esperanza y confianza en el manejo del cultivo, siendo hoy este de tipo empresarial, en lo cual ha sido fundamental el respaldo sólido brindado por la administración central con la acertada direccion del doctor Rafael Hernandez Lozano.
En nuestra area de influencia, destaco la investigacion y transferencia de tecnología que se extiende a través de la asistencia técnica, del AMTEC, la entrega de variedades certificadas, donde el apoyo de la planta de semillas ha sido fundamental para consolidar una cultura del uso de semilla certificada por sus bondades: “una buena siembra se origina de una buena semilla”; igualmente tenemos el ofrecimiento del portafolio de agroquimicos propios, el software de administración computarizado de fincas arroceras –SACFA- y el apoyo a la comercialización donde con la nueva planta de secamiento y almacenamiento localizada en Valencia –municipio de Valledupar-, se aprovechará de una mejor manera las condiciones del mercado.
Todo lo anterior, nos ha conducido al mejoramiento de esta actividad agrícola, siendo el cultivo del arroz en el Cesar y La Guajira, uno de los de mayor relevancia dentro del sector primario productivo con importante aporte para la economía regional y para la seguridad alimentaria del pais.
*Director Ejecutivo Fedearroz- Seccional Valledupar.