En una de las viviendas del barrio El Limonar, al suroccidente de Valledupar, en la que da de frente el sol, permaneció encerrado el día de ayer, durante casi seis horas, un niño de 7 años que desesperadamente pedía comida a los vecinos, quienes le pasaban algunos alimentos por debajo de la puerta.
A las 2:00 de la tarde, debido a la sofocación que el menor podía presentar, los vecinos le reportaron a la Policía la situación. De inmediato los uniformados llegaron hasta el sitio, pero al ver que la vivienda estaba cerrada, se comunicaron con los responsables del niño para que se hicieran presentes.
Tiempo después apareció la mujer que hace dos meses está a cargo del infante. Con una carpeta en mano y en estado de embarazo respondió cada una de las preguntas hechas por un oficial de la Policía de Infancia y Adolescencia.
A esta reunión no pudo tener acceso EL PILÓN, la mujer se enojó. Mientras que por otra parte, el menor que estaba dentro del carro de la Policía pedía que no fuera dejado en manos de dichas personas, puesto que un día antes él habría sido golpeado brutalmente, según comentarios de los vecinos.
¿Te quieres ir?, ¡Sí! Decía el niño con una mirada apagada, un estado anímico decaído y golpes en el cuerpo, quien no dudó en responderle al uniformado. Minutos después, el pequeño sería trasladado hasta las instalaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, con el fin de que les presten los servicios necesarios para su integridad y le garanticen sus derechos.
No era la primera vez
Los vecinos del sector aseguraron a EL PILÓN que esta no era la primera vez que sucedía este tipo de acontecimientos.
“Ya van varias veces, en menos de dos meses que es el tiempo que tiene el niño de haber sido traído de donde una hermana de la señora, que lo dejan encerrado y nosotros le pasábamos la comida y si los señores se daban cuenta le pegaban. Nunca lo dejaron salir y lo castigaban feo, bajo el sol y con los brazos abiertos con una taza llena de agua. Ayer (sábado) el hombre lo estrelló contra el suelo”, mencionó una de las vecinas.
“El niño es hijo de una prima, quien lo tuvo y lo regaló, ella regala a los hijos. Él estuvo conmigo pero mi marido pidió que lo sacáramos de la casa porque temíamos que le fuera a hacer algo a mi hija, porque yo tengo una niña a la que él le quedaba mirando sus partes íntimas”, mencionó la hermana de la mujer que se hacía cargo del menor.
Por Redacción El Pilón