Innegable el esfuerzo realizado por los funcionarios de la Alcaldía de Valledupar, relacionados con evidenciar la crítica situación administrativa y financiera de Emdupar, en aras de justificar la necesidad de vincular un socio estratégico para la empresa. Analizar el resultado de la información que proveen los indicadores es una actividad que permite controlar aquellos aspectos que tienen impacto directo en los requisitos del cliente y los objetivos de la empresa. Quizá estos elementos de gestión han sido inobservados por las diferentes gerencias que ha tenido Emdupar, pues resulta inconcebible que no se hayan tomado medidas oportunas para evitar o mitigar el impacto actual que experimenta condiciones de iliquidez.
Es evidente que los alcances de las decisiones han sido administrativas, pero mediante empréstitos, cabildos abiertos, procesos de tercerización, planes de salvamento e instrucciones de la Superintendencia de Servicios Públicos. Estas opciones no destacan la capacidad gerencial en una empresa con dependencia de ingresos en consecuencia del recaudo.
Hay que recuperar la empresa, esa debe ser la misión del socio estratégico, recuperarla significa sostenibilidad financiera, capacidad de endeudamiento, disponibilidad de recursos de inversión, talento humano competente y necesario, convenciones colectivas ajustadas a los rendimientos y logros, saldo de acreencias y cumplimiento efectivo de la misionalidad.
Todos en Valledupar abogamos por la recuperación de la empresa, no dudo que ese sea el propósito del alcalde Mello Castro. Sin embargo, muy pocas veces nos hemos dispuesto a pensar en la importancia del recurso ni cómo conservarlo. Los habitantes de Valledupar no solo estarían preocupados por el destino del ente, sino, además, por el servicio de agua en el evento de que la fuente no fuese el río Guatapurí, sino los ríos Cesar o Magdalena. Podemos estar de acuerdo en que la situación sería mucho más caótica.
En 26 años de funcionamiento que cumple Emdupar, las preocupaciones de los gerentes de turno debieron estar enfocadas principalmente en el crecimiento poblacional de la ciudad y el impacto del omnipresente cambio climático. No obstante, han sido incapaces de gestionar la cartera, que según información oficial de la Alcaldía, asciende a 85 mil millones de pesos.
Al respecto de la exigua mirada a la fuente la Sierra Nevada de Santa Marta y sus respectivas cuencas alta, media y baja, considero pertinente para el análisis del negocio, tanto para el municipio como el socio estratégico que observen el contexto, sobre todo, el COP26 de Glasgow, Escocia, programado para llevarse a cabo desde el 31 de octubre hasta 31 de noviembre de la vigencia, donde el tema central tiene que ver con las conversaciones sobre el clima y las acciones para abordar el calentamiento global en el marco del Acuerdo de París de 2015.
Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020, por la interacción que guarda el agua con el saneamiento e higiene, ecosistemas, asentamientos humanos, energía y agricultura serán los principales sectores socio-económicos afectados por variabilidad climática.
Imperativo encontrar la mejor alternativa para rescatar a Emdupar de la incapacidad gerencial y de los amarres de la autonomía, pero también es de suma importancia desarrollar acciones de conservación de la fuente hídrica. Ojalá quede suscrito en el contrato, para no terminar hablando luego de 25 años de las ruinas de Emdupar, ni de los métodos complejos y costosos de acceso a agua potable.
@LuchoDiaz12.