Las primeras ciudades en el mundo donde fue materializada la jornada del día sin carro fueron Reikiavik en Islandia, La Rochelle en Francia y Bath en Reino Unido. En Colombia, Bogotá fue la primera ciudad en implementarlo, luego de que más de 700 mil ciudadanos votaran afirmativamente la consulta popular que sirvió para la expedición del Decreto 1098 de 2000, el cual a partir de entonces establece la prohibición de la circulación de vehículos automotores en la ciudad de Bogotá el primer jueves del mes de febrero de cada año.
Nuestra formación cultural tiende a rechazar medidas como la del Día sin Carro, en efecto, por la insuficiencia y costos del sistema de transporte público. Prepararnos para el cambio es la fórmula que favorece la comprensión del objetivo, empezando con el diseño de políticas públicas afines con la integración entre el transporte, los usos del suelo y el impacto ambiental. La integración entre el transporte y el desarrollo de la tierra crea formas y espacios que reducen la necesidad de transportarse en vehículos motorizados particulares, a partir del acceso al transporte público y espacios bien diseñados para recorrer a pie y en bicicleta, en aras de mejorar la competitividad económica de una ciudad, reducir la contaminación local y promover un desarrollo inclusivo. El desarrollo orientado al transporte, es una forma urbana de mucha importancia para el futuro sostenible de las ciudades. (Hiroaki Suzuki, Robert Cervero y Kanako Luchi).
Los mecanismos necesarios para integrar con éxito el transporte público y el desarrollo urbano son complejos. La multitud de factores involucrados incluye las características propias de una ciudad (por ejemplo, sus condiciones naturales e históricas), las estructuras de gobierno; los marcos institucionales, las iniciativas y medidas del sector público (por ejemplo, inversiones en el transporte, normas de planeación, políticas fiscales e incentivos financieros), los instrumentos de financiación y las respuestas del mercado.
Las lecciones aprendidas sobre el Día sin Carro son aplicables en todas las ciudades del país, diferentes estudios certifican que es una idea con acogida, fácil de vender, pero funciona mejor mediante un transporte público que funcione tan bien como el carro particular, eso es lo que la gente quiere y exige. La jornada del día sin carro realizada el pasado 5 de junio en Valledupar, revalidó la condición precaria del Sistema de Transporte Publico, la desintegración del transporte público y el desarrollo urbano y la falta de conciencia y cultura ciudadana.
Hiroaki Suzuki, especialista en Urbanística de la Unidad para el Manejo de Resiliencia Urbana del Departamento de Manejo de Riesgos Urbanos y Desastres del Banco Mundial, en proyectos realizados para América Latina, concluyó que las ciudades de los países en desarrollo están creciendo a un ritmo sin precedentes. Este resultado coincide con la tendencia de crecimiento poblacional mundial, particularmente urbana, situación propicia para la trayectoria de expansión dependiente del uso del carro.
Valledupar, hace parte de la esfera de las ciudades en crecimiento, en el mismo ritmo van problemáticas desatendidas por absoluta negligencia. En materia de transporte público colectivo el SIVA tiene encargada la misión de implementar el Sistema de Trasporte (Integrado), sin embargo, es corta la visión del diagnóstico sobre los mecanismos necesarios para integrar con éxito el transporte público referenciados en líneas anteriores.
Acondicionar la malla vial es una necesidad perentoria que va al ritmo de la disponibilidad de recursos y de la voluntad de los contratistas, en una velocidad menor va la implementación del sistema; (generalidad del país), por lo tanto, en la ruta de la obsolescencia. Entre tanto, el mundo desarrollado trabaja en la solución de necesidades en sus ciudades hacia el año 2050, a partir del Transporte eléctrico y/o hibrido.
Por Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12