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Represión o educación

He leído con atención la entrevista de este diario al secretario de Tránsito y Transportes de Valledupar, abogado Daza Sagbini, y en ella nos narra lo que encontró en la secretaría y sobre todo en la ciudad acerca de lo que hoy se conoce como “movilidad”.

Anuncia el montaje de más cámaras y radares para así poder sancionar a los infractores y otra serie de medidas represivas, lo que nos demuestra que se sigue enfrentando los efectos y no las causas de la enfermedad.

Él ha identificado la base de todos estos males y se centra acertadamente en la   ausencia de una “cultura”, pero en lugar de buscar alentarla hace énfasis en las multas y comparendos, lo cual sin duda hará disminuir temporalmente las infracciones, pero el mal seguirá allí. 

La represión produce efectos inmediatos y mirar unas estadísticas acerca de motocicletas retenidas y conductores sancionados por mal estacionamiento, por ejemplo, arrancan aplausos. Pero por otro lado y con más fondo, está la educación o la formación de una cultura ciudadana que es algo lento pero trascendente. Normalmente y por lo fugaz de los cargos se prefiere la toma de la foto, el relumbre del instante. No dudo que el señor secretario desea “hacer algo”, es decir, se le ven los deseos de trabajar, pero toma la dirección equivocada. 

Las licencias para conducción de automotores y motocicletas no deben ser concedidas por la posesión de un requisito obvio como es la destreza sino por la formación previa en un curso de inducción que no solo debería existir para los aspirantes a conductores sino para los infractores. La sanción económica hoy debe ser secundaria a un curso impartido por una entidad seria que no vayan a convertir  el certificado de “aprobado” un simple negocio. 

Los retenes para revisión de documentos o existencia de irregularidades deben repensarse pues hoy en el mundo virtual no hay nada más fácil de detectar que no se tiene el SOAT o que la revisión mecánica no se encuentra vigente, lo mismo que la licencia, simplemente ingresando al Registro Único Nacional del Trasporte, RUNT, y allí está en letras de molde toda la información necesaria para requerir a los infractores.   Hay que ponerse a tono con los tiempos y más que pitos y “pares” debe darse énfasis al uso de la web. 

El mensaje es: por encima de todo la educación, lo demás se da como consecuencia. 

Un buen propósito para el nombrado funcionario sería la creación de una escuela formativa que puede financiarse en gran medida con los cursos obligatorios para aspirar a tener la licencia, o cómo consecuencia de infracciones cometidas.

Al hoy secretario de Tránsito de seguro la historia lo recordará, no tanto por la cantidad de comparendos, cámaras y radares que instale, sino por la creación, como paso inicial, de una Escuela creadora de la cultura ciudadana que tanto estamos requiriendo.

Por: Jaime García Chadid.

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