La ermita Santo Domingo ubicada en la iglesia Nuestra Señora del Rosario, antigua catedral de Valledupar, la cual data del siglo XVI, fue remodelada y ahora cuenta con locaciones modernas en su interior.
Las obras fueron financiadas por un feligrés oriundo de esta capital, pero desde años reside entre Barranquilla y Bogotá. Esta persona pidió reservar su nombre ya que no quiere que la recuerden por esta acción. “Lo hizo por su devoción al santísimo sacramento del altar y a María”, dijo una devota de la iglesia católica que se encarga de la limpieza y cuidado de la ermita y de los alrededores de la iglesia.
Ahora este lugar sagrado de oración cuenta con pisos y nichos elaborados en mármol y bancas nuevas en madera. Ya el aire acondicionado lo tenía instalado.
Cabe señalar que en este lugar funcionó el segundo convento llamado igualmente Santo Domingo, hace 5 siglos. En esa época fue derribado para construir la actual iglesia, conservando la torre huérfana que alberga la ermita del santuario.
Esta es la construcción más antigua de la ciudad.