En el diccionario, cualquiera que se consulte, la palabra Intolerancia significa: “Actitud de la persona que no respeta las opiniones, ideas o actitudes de los demás si no coinciden con las propias”. Si se profundiza un poco, se habla de “intolerancia religiosa y racial”.
Ha tomado tanta fuerza la Intolerancia que hoy es la culpable de la violencia que vive el país, especialmente este territorio. Hoy por cuenta de ella, registramos en nuestras páginas judiciales la muerte de más de siete personas ocurridas en diferentes puntos del departamento del Cesar.
El más cruel resultado ocurrió en el municipio de El Paso, donde en una finca de su zona rural, familias vecinas, amigas, después de consumir licor, con el que celebraban alegres una fecha importante, terminaron disparándose entre ellos; murieron cuatro personas y una niña de solo nueve años recibió un disparo en su ojo izquierdo.
En la urgencias del Hospital Rosario Pumarejo de López en Valledupar llegan diariamente, especialmente los fines de semana, numerosos casos de personas heridas en riñas, en discusiones familiares, entre amigos, que en el mejor de los casos solo dejan una cicatriz.
¿Qué les ocurre a las personas? ¿Qué ocurre en los barrios, en los corregimientos? ¿Qué ocurrió en esa finca?
Es una buena pregunta para los sicólogos o siquiatras que estudian el comportamiento humano. Hace tiempo ya se viene hablando de la falta de tolerancia, la que se observa en las salas de espera de los centros de salud, de las clínicas, en las filas en los bancos o cuando se transita en las calles o en el andén.
Las secretarías de salud departamental y las municipales deben revisar sus planes de salud mental para analizar si las estrategias que realizan son las indicadas o si deben reforzarlas para ayudar a que haya una mejor convivencia. Parece una utopía, pero seguro que algo se puede hacer.
El Instituto Nacional de Medicina Legal lo ha dicho reiterativamente en los estudios Forensis de cada vigencia: “Se puede decir que en Colombia la gran mayoría de la población crea una opinión personal de la realidad nacional a través de la información suministrada por los medios de comunicación; el fácil acceso a la televisión, prensa, radio o medios tecnológicos como internet y redes sociales de consulta en la mayoría de los dispositivos móviles ha puesto en evidencia las problemáticas de la sociedad colombiana, no sólo en lo político o económico sino también en lo social. Colombia presenta elevados niveles de violencia que afectan a toda la población; múltiples determinantes como el conflicto armado, las desigualdades sociales, la inseguridad, la descomposición de la familia, la intolerancia, el consumo de drogas psicoactivas y el alcoholismo, la falta de acceso a la educación y los bajos ingresos económicos, entre otros, han determinado el comportamiento de estas lesiones y muertes por causas externas. Dichos determinantes y factores de riesgo deben ser analizados y estudiados para comprender el modelo epidemiológico y generar medidas de prevención y control que reduzcan las tasas de lesiones fatales y no fatales”.