Este final de año, atemperado en lo pandémico, nos permite el traslado a épocas de recuerdos inolvidables y de evocadoras reminiscencias. Otra vez, el Manaure de nuestras querencias termina siendo el espejo y consuelo de los más caros pensamientos resilientes.
En efecto. Hacia el año 1984, Tilsia Lara Baute fue coronada en Neiva como virreina nacional del bambuco. Su inteligencia, la belleza, la actitud, la alegría, y su carisma, fueron determinantes en la escogencia de esta cesarense, nacida en Manaure, Cesar, que hoy gerencia las tres sedes de la organización educativa trilingüe Berckley International School, reconocida nacionalmente como una de las más prestigiosas instituciones formadoras de la costa Norte Colombiana.
Para ese entonces, su misión como virreina era cumplir la tarea encomendada de enseñar a los cesarenses la expresión artística y cultural de la forma coreográfica del baile de la zona andina y de esa manera rendirle culto al honor conquistado en las tierras huilenses.
A sus escasos 20 años, mostraba su maravillosa vocación por la enseñanza y el exigente conjunto de características para poder dedicarse a los pequeños y adolescentes, hechos que superaba con creces: capacidad, rasgos y actitudes, integradas en gama axiológica de valores no solo por aquellas deseables, sino también por las que construiría desde la práctica educativa cotidiana.
Eran parte de su entusiasta juventud las características que componen el perfil de la educadora, es decir, conocimiento, identidad, creatividad solidaridad, expresividad y criticidad investigativa.
En las conferencias y charlas educativas que dicta hace saber que la educación es una piedra de toque para los distintos poderes y reflexiona que en el proceso formativo son habituales los cambios, en ocasiones justificados por la vertiginosa evolución de la sociedad en un mundo globalizado. De allí que hoy más que nunca resultan singularmente importantes los centros docentes como referencia para la persona.
Considera que es en la adolescencia donde se configuran y se asientan muchos rasgos de la personalidad, así como modelos, ideales, valores humanos y se educa a niños y jóvenes para que sean transformadores de una sociedad que reclama espacio evolutivo hacia el desarrollo, la justicia y la paz.
A Tilsia la tarea educativa no le resulta compleja: escucha con atención, interroga razonablemente, responde serenamente y calla cuando no es menester decir.
Es líder genial, talentosa y trascendente que sigue sembrando importantes huellas en la memoria de quienes tenemos la oportunidad de conocerle; cree en el poder de la educación para proyectar y soñar con los grandes valores que definirán la personalidad de sus alumnos. Anhela encarnar los ideales de que algún día puedan renovar nuestra sociedad.
Abogada, administradora de Empresas y licenciada en preescolaridad, son títulos académicos instrumentalizados en el propósito de lograr los objetivos trazados que se suman a su vasta experiencia en el apasionante campo de la enseñanza.
Disímiles distinciones de las que ha sido merecedora la organización Berckley por su entrega al servicio educativo, enlistadas se encuentran en los registros históricos de casi cuatro décadas de actividad profesional educando, inspirando y transformando, mismos positivos indicadores que constituyen un logro significativamente importante de esta caracterizante rectora de la docencia Caribe, que ha representado para la institución formadora la recepción de reconocimientos nacionales e internacionales y posibilitado la concurrencia permanente a actividades como el modelo de Harvard y las olimpiadas en inglés de Londres BEO, entre otras.
Termino esta nota de merecido reconocimiento recordando la mágica frase de Ever Garrison: “Un maestro es una brújula que activa los imanes de la curiosidad, conocimiento y sabiduría en los alumnos”.
Por Orlando Araque García