El gobierno Duque en cabeza de la ministra de Educación, anunció que el primero de agosto regresan los niños al colegio, lo que de inmediato abrió un debate nacional sobre si es o no conveniente en medio de la pandemia, máxime cuando proyectan que también en agosto será el pico con el número máximo de contagios y muertes. ¿Cómo sería ese regreso? Ante el descontento revelado en varias encuestas, la ministra salió a apagar el incendio, diciendo que es una forma de prepararse con clases semipresenciales y que al primer contagio se cerrarían de nuevo los colegios.
Una aclaración que deja aún más dudas e interrogantes: ¿Será conveniente arriesgar a los niños en este momento?, ¿cómo será el transporte escolar con silla de por medio, en doble número de buses?, ¿cómo harán los profesores para exigir la distancia social en menores que no tienen clara la gravedad de la pandemia?, ¿sí resistirán los niños usar tapabocas toda la jornada de clases?, al alternar clases con varios grupos de niños, ¿hay suficientes profesores para esos turnos? Algunos afirman que harán pruebas a los estudiantes, ¿quién pagará esas pruebas?, ¿cada cuánto las harán? En fin, un completo despelote que nadie sabe cómo organizar.
Muchas preguntas que ponen de relieve el gran problema que tienen tanto el gobierno como los colegios y los padres para continuar con un año escolar distinto, que debe ser manejado de forma consensuada y analizada, no con otra medida apresurada de este gobierno; así como abrió muchos sectores por presiones externas para revivir la economía, sin pensar antes en la vida de los colombianos; ahora con la educación, quiere lavarse las manos y pasarle la papa caliente a los gobernadores, que a su vez se la pasan a los alcaldes y los alcaldes a los colegios y, ahora, algunos colegios pretenden pasársela a los padres para blindarse de futuras demandas, exigiendo la firma de un documento que los exime de cualquier responsabilidad en caso de que el niño contraiga el virus en la escuela. Una completa locura.
“No por mucho madrugar, amanece más temprano” y el gobierno Duque debe entender que este tema no es comercial, ni para reactivar un sector; aquí están en juego la vida de los niños y sus familiares, porque serían potenciales trasportadores del virus a los hogares, donde por lo general hay adultos mayores. Lo que debe hacer la ministra, en vez de estar tomando medidas alocadas, es fortalecer el sector con un decreto de emergencia que impulse la educación virtual con recursos y capacitación para profesores; pero de verdad, apoyando a los colegios sobre todo a los públicos y en zonas rurales donde no hay conectividad, ni apoyo y un programa para que colegios privados puedan reinventarse y bajar las tarifas, para evitar una deserción masiva. El Coronavirus nos demostró que debemos adaptarnos a lo virtual, este año debe ser para aprender sobre la marcha y fortalecer la educación del futuro, basado en nuevas tecnologías.