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Reglamentemos el miedo

Desde mi cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

¡Auxilio! Gritamos a sabiendas que nadie  arriesgará su vida por el pellejo de un desconocido, es más, ya ni siquiera la pedimos pues la displicencia prevalece en cada ciudadano que ‘vive’ en Colombia.
Es que circulamos por un territorio en guerra civil, digan lo que afirmen las autoridades ¿competentes? Es que la Seguridad Democrática implantada en la pasada administración no es otra cosa que el constreñimiento de la circulación exclusivamente por las carreteras negras, donde usted ve cada determinado trecho de kilómetros soldados apostados y armados en trincheras a la vista.
Pero, en los centros poblados el miedo domina las costumbres, y si lo duda, diga si usted ve a un vecino celebrando una parranda a puerta abierta, o acude a un velorio pasadas las nueve de la noche, o  a algún restaurante sin temor, o si se sienta a coger aire en la terraza. Pues no, todas las costumbres están reglamentadas por el miedo; pongamos el caso extremo y peligroso que representa ir a retirar algún dinero en efectivo dentro o fuera de un banco, si se hace acompañar despierta más interés.
Es posible cercar a los delincuentes, para ello existen departamentos de inteligencia en todas las empresas estatales. Me asombra que no actúen como los supermercados que ofrecen sus promociones puerta a puerta en catálogos llamativos, que obligan a leerlos detenidamente, instrucciones que amplíen la intuición de la ciudadanía sobre las medidas que puede tomar para protegerse, saldría más económico que comprar más armas y contratar miles de hombres.
Nosotros, ciudadanos inermes, podemos emprender campañas de seguridad hablando con los vecinos para que extremen el recelo ante los extraños que andan por su cuadra y sus rutinas. Voy a hacer una lista de algunas recomendaciones, añada otras y mándelas por correo electrónico a sus amistades.
a. Al levantarse llame a su guardaespaldas gratuito: el ángel de la guarda.
b. Si lo asaltan no grite pues tiran a matar
c. No los mire a la cara.
d. Acostúmbrese a tener fotocopias de sus documentos, deje los originales en casa.
e. Compre y porte un celular económico, guarde todo en la SIM, copie en una libreta todos los contactos en orden alfabético.
f. Tenga copia de sus llaves donde un vecino confiable.
g. No incluya su dirección en ningún papel que lleve permanentemente.
h. Sus tarjetas crédito y débito  llévelas sólo cuando sea indispensable
i. Use siempre dinero en efectivo de baja denominación.
j. Tenga presente que los atracadores pueden estar bajo los efectos de algún alucinógeno, muévase lentamente y no hable.
k. Acuda al psicólogo, su salud mental queda afectada.
l. Formalice su denuncia contra desconocidos, sólo así las autoridades  pueden saber el índice de inseguridad en que nos movemos.
Esta columna la reedité, fue publicada el 24 de septiembre de 2008, y nada ha cambiado.

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