El gobierno de Gustavo Petro tendrá un menor crecimiento económico en los próximos años, se calcula en 1.1% y una mayor inflación. Una especie de estanflación. Sin embargo, ha presentado una reforma tributaria para conseguir $25 billones para invertir en “igualdad y justicia social”. Es importante conocer el Plan de Desarrollo, y saber cómo encaja esta reforma, sin “llantos” de ninguna parte.
Ocampo reconoce lo difícil de proponer más impuestos, pero insiste que Colombia es de los países OCDE con menor tributación efectiva. Solo el 19,7% del PIB, mientras Latinoamérica es 27%.
El primer eje de la reforma, hará tributar a personas naturales con ingresos superiores a los $10 millones, limitando rentas exentas, aumentando la doble tributación y alza de tarifas para ingresos laborales, dividendos y ganancias ocasionales. El segundo eje hará tributar a las personas jurídicas limitando beneficios y estímulos tributarios. El tercer eje, impondrá mayor tributación a la actividad minero energética con deducción de sus inversiones. Se deben aprovechar los excelentes precios actuales del petróleo, carbón y oro que ahora deben contribuir al desarrollo del país.
Hay similitudes con la reforma de Carrasquilla por los impuestos al petróleo, oro, carbón y las ganancias ocasionales que se causan por históricos avalúos que subestiman los patrimonios. Se busca un sistema tributario más equitativo y progresivo que aumenta la carga a las personas de mejores ingresos y a las exportaciones de petróleo y carbón.
Los empresarios están preocupados por mayores tasas de doble tributación, se gravan sus utilidades y después se gravan los dividendos. Se reduce mucho la rentabilidad, alrededor del 60%. El solo anuncio ha frenado a inversionistas. Lo mismo que el gravamen a los de ganancias ocasionales que casi se triplica.
Petro debe explicar en qué gastarán los recursos, para mayor transparencia y reforzar la confianza ciudadana. Debe corresponder a sus anuncios de campaña, sin enfrentar a los ricos con el resto de los colombianos. En la reunión de la Andi se consideró una reforma $14 billones como un aporte aceptable de las empresas.
El manejo de la economía debe privilegiar el control a la inflación pero con crecimiento, empleo e inversión con independencia del Banco de la República y su manejo de intereses. Son temas importantes de la Constitución 91.
La economía extractiva hacia el futuro es insostenible por las exigencias del cambio climático. Petro no promueve el fracking pues considera que el petróleo va llegando a su fin, y hay que reemplazarlo por una producción agraria industrial basada en nuevas tecnologías y conocimiento, y empezar a construir la economía del futuro.
Colombia tiene menos del 0.5% de CO2 de las emisiones del mundo. Nuestro impacto en el cambio climático es prácticamente diminuto, eso permite una economía más agresiva y así tener recursos para nuestro crecimiento económico.
Estos primeros anuncios no mencionan los ingresos estatales para los territorios, aunque no existe un estatuto tributario territorial. Los nuevos gravámenes muy poco aportarían a las finanzas territoriales que se mantienen con rentas diminutas y sin una dinámica económica que les permita crecer, sus posibilidades son limitadas y dependen de transferencias. Las regalías no son suficientes. Hay mucha expectativa sobre el catastro multipropósito como una manera de fortalecer las magras finanzas territoriales. Es indispensable que se tengan en cuenta las finanzas de los territorios en todo este proceso de cambios.