Son muchas las lecciones y reflexiones que le quedan al Cesar, luego de la realización del II Encuentro de Titulares y Empresas Mineras del Departamento, organizado recientemente por la secretaría del sector.
Destacábamos el caso de Chile, un país que ha demostrado que es posible desarrollar una minería rentable, con compromiso social y responsable con el medio ambiente. En el caso de Chile, con el cobre y en el caso de Colombia, con el petróleo y el carbón, entre otros minerales.
Igualmente, hay que resaltar el caso de Bolivia, donde el sistema cooperativo ha sido el instrumento para organizar, desde el punto de vista social y económico, a los pequeños y medianos mineros, mediante la asociación de unos setenta mil mineros que generan empleo para medio millón de personas.
Este segundo caso, ratifica que es posible una minería sustentable, un trabajo digno y honroso, el fomento de la asociación voluntaria y una redistribución equitativa de los excedentes de la explotación minera.
En Colombia, como se conoció en el Encuentro, también existen proyectos interesantes de minería mediana y pequeña con prácticas ambientales y sociales responsable, como en algunas zonas productoras de platino y oro, en el Chocó.
En todos los casos señalados es clave la alianza del Estado con el sector privado, con el sector cooperativo, y con las mismas comunidades, en un ejercicio que requiere fortalecer la institucionalidad para lograr objetivos que de manera aislada no se podrían lograr.
Así mismo, es preciso destacar algo en lo que coinciden muchos de los participantes: Ministerio de Minas y Energía, Ingeominas, Supersolidaria, Dansocial y UPME, en el sentido que es primera vez que se prevé en el Plan Nacional de Desarrollo, “Prosperidad para todos”, un capítulo especial para la minería y especialmente para temas como minería ilegal, erradicación del trabajo infantil.
Colombia, y por supuesto el departamento del Cesar, tiene que avanzar en la consolidación de una minería segura, tanto desde el punto de vista industrial, como laboral y ambiental.
En fin, es mucho lo que falta por hacer, por parte de todos los actores: el Estado, el sector privado, las asociaciones de mineros y las comunidades en ese gran propósito nacional y regional de cambiar la imagen mala que tiene la minería, asociada a la explotación de los trabajadores y la depredación del medio ambiente, para hacerla un negocio rentable, y responsable desde el punto de vista social y ambiental.
Por eso reiteramos la trascendencia que tiene para el futuro del Cesar, las experiencias y las lecciones de eventos como el Segundo Encuentro de Titulares y Empresas Mineras, denominado “Minería responsable es un buen negocio para el Cesar”, organizado por la Secretaría de Minas del Departamento del Cesar.
Insistimos en que el departamento, al igual que el país, tiene que fortalecer su institucionalidad frente al tema minero, se requiere un Ministerio fuerte, con capacidad de planeación del sector, de promoción, pero también de vigilancia, desde el punto de vista económico social y ambiental. Pero también las secretarías sectoriales deben fortalecerse, por cuanto muchos temas de vigilancia y control, se siguen manejando de manera centralizada, desde Bogotá.