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Reflexiones sobre los retos de la nueva Ministra de Justicia

En la abogada Ruth Stella Correa Palacio recayó la responsabilidad del Ministerio de Justicia, en remplazo de Juan Carlos Esguerra Portocarrero, por designación del Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón. El cambio se da en medio de una crisis de grandes proporciones y luego de la renuncia de Esguerra, quien asumió la responsabilidad política por el fracaso de la reforma a esa rama del poder público.
La nueva Ministra nació en Pereira, es egresada de la Universidad Libre de esa ciudad, con especializaciones en derecho laboral y administrativo, y una larga experiencia en la rama judicial y en la cátedra universitaria, incluyendo las universidades Externado de Colombia y la Santo Tomás de Bogotá, entre otras. Se venía desempeñando como Consejera de Estado y – en su opinión- su nombramiento es un reconocimiento del Ejecutivo a las Cortes.
Se trata, sin lugar a dudas, de un gran reto, el que asume la nueva ministra no sólo por las implicaciones del cargo mismo, un ministerio que se está volviendo a montar luego de estar fusionado por varios años con el del Interior, en una decisión errada del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, sino por la coyuntura y el desprestigio del gobierno, del Congreso y de la misma rama judicial, a raíz de todo lo que pasó con la reforma constitucional.
En nuestra opinión, la tarea más urgente que deberá afrontar la nueva ministra es la de recuperar una confianza mínima en ese ministerio y en la rama judicial. Además, recomponer las nuevas relaciones con el Congreso de la República, el resto del Ejecutivo y las altas cortes.
Rescatamos de las primeras declaraciones de la nueva ministra, el mensaje que se puede iniciar el fortalecimiento de la rama judicial sin reformas constitucionales, ni legales. Con más recursos económicos, más asignación de personal y – a nuestro juicio- la búsqueda de una nueva actitud, de una nueva mística en la importantísima tarea de administrar justicia, una de las razones de ser del Estado de Derecho.
Como lo hemos advertido varias veces en estas mismas páginas, afronta la rama judicial una serie de problemas de gran profundidad y de una especial significación en la relación comunidad – estado, como es facilitar el acceso a la justicia, descongestionar la misma y crear las condiciones para una justicia oportuna y adecuada. Un fallo judicial tarde, independientemente de su sentido, puede ser un fallo injusto.
Necesitará la nueva ministra un gran apoyo del Ministro de Hacienda, para allegar a ese Ministerio, en proceso de reconstrucción, y a la rama judicial, los recursos que se requieren de manera urgente para poder cumplir mejor su labor.
Capítulo especial es el tema de la transparencia, la objetividad y la claridad que debe caracterizar la administración de justicia, como lo reclaman los colombianos en todas las regiones del país, pero principalmente en las más pobres y apartadas. Por supuesto, que su contribución a la lucha contra la inseguridad y la impunidad, están, también, entre las grandes metas del Ministerio de la Justicia y el Derecho.
Le deseamos mucha suerte a la nueva Ministra, en la gran responsabilidad que asume; sus títulos académicos, su trayectoria y su experiencia son fundamento para tener buenas expectativas. Además, con su nombramiento aumenta la cuota femenina en el gobierno; para lograr una buena labor requerirá, insistimos, el apoyo directo del Presidente de la República, del Ministro de Hacienda, también el del Interior, para lograr la titánica tarea de recuperar la confianza en la majestad de la justicia colombiana, en todo el territorio nacional.

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