Por: Luis Napoleón de Armas P.
La navidad, como toda fiesta religiosa, tiene un preámbulo no bien conocido; no se sabe en qué momento comenzó a celebrarse; se cree que podría ser la conmemoración del nacimiento de Jesús el Nazareno el 25 de diciembre, fecha no probada, pero estudios astronómicos indican que el día mas creíble podría ser el 17 de abril. En Alejandría se celebraba el 25 de diciembre como día del sol; era una fiesta pagana; los romanos adoptaron también esa fecha, y el Concilio de Nicea lo adoptó, como el día de la natividad, palabra de la cual procede navidad. Sobre el pesebre y la llegada de los llamados reyes magos, se ha venido a establecer que no eran reyes ni magos y que su concurrencia, procedentes de diferentes puntos cardinales, no tuvo lugar porque las rutas, desde los orígenes descritos por la biblia, no eran viables; estos ejercicios geográficos ya los han hecho. Marcos, de quien se cree fue el primer evangelista, no menciona a José ni a los reyes magos, ni al nacimiento virginal. Se refiere a Jesucristo como hijo de María, ni da cuenta de que se hicieran pesebres tal como hoy los concebimos. Para esa época, ya habían transcurrido entre 70 y 120 años. De la edad media tampoco se tienen referencias históricas sobre estas celebraciones; de la época de la conquista y colonia española, tampoco. De los primeros cien años de la república, quizás, no se ha escrito sobre este evento. Entonces, de esta fiesta podríamos decir que es una bola de nieve que se edificó en los últimos 100 años, con elementos sajones y escandinavos. Otra reflexión que amerita algún debate es la similitud entre la vida de Jesús y otras figuras de otros lugares, incluso anteriores a él. Ejemplos hay muchos que también, parece, nacieron en el solsticio de invierno, el 25 de diciembre, y todos hijos de vírgenes. Buda, príncipe hindú, fue hijo de Maya, nacido cinco siglos AC; predicaba la penitencia y la pobreza; fue bautizado con agua en presencia del espíritu de Dios; enseñó en el templo a los doce años, curó a los enfermos, caminó sobre el agua y alimentó a 500 hombres de una cesta de bizcochos; fue llamado el Señor Maestro, La Luz, El Mundo, y el Altísimo Redentor. Resucitó corporalmente y ascendió al Nirvana. Krishna, deidad india, hijo de Devaki, octava encarnación de Vishnú. Hijo de un carpintero, su nacimiento fue anunciado por una estrella en el oriente y esperado por pastores que le llevaban regalos; tuvo 12 discípulos; fue llamado El Buen Pastor y Cordero de Dios, El Redentor, El Primogénito y La Palabra Universal. Hizo milagros, resucitó muertos, y curó leprosos, sordos y ciegos. Murió a los 30 años por la salvación de la humanidad y el sol se oscureció a su muerte; resucitó de entre los muertos, ascendió al cielo y fue la segunda persona de una trinidad. Horus, egipcio, hijo de Isis; fue bautizado en el río Eridanus por Arnup El Bautista y fue decapitado. A los 12 años enseñó en el templo y fue bautizado a los 30 años; lo llamaban El Ungido, La Verdad, La Luz, El Mesías, El Hijo del Hombre, El Buen Pastor y El Cordero de Dios. Hizo milagros, exorcizó demonios, resucitó a Azarus (¿Lázaro?) y caminó sobre el agua. Pronunció un Sermón de la Montaña y se transfiguró en la cima de un monte; fue crucificado entre dos ladrones y resucitó al tercer día. Mitra, hijo de Persia igual que Zoroastro. Tuvo 12 discípulos, pronunció un discurso llamado El Sermón de la Montaña. Fue llamado El Buen Pastor, La Verdad, la Luz, El Logos, El Redentor y El mesías. Se sacrificó por la paz del mundo, fue enterrado y resucitado al tercer día que era domingo; su religión tenía una eucaristía o Cena del Señor en la cual decía: “El que no come de mi cuerpo y bebe de mi sangre, no se salvará. También, Atis, hijo de Nana, hizo milagros, murió ahorcado por la salvación de la humanidad y resucitó al tercer día. Muchas similitudes. ¿Será la repetición de un mito? ¿Será posible tanta coincidencia?
¡Feliz navidad les deseo a todos!
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