Reflexiones en el inicio del año escolar

El proceso de mejorar la calidad educativa es compromiso de la Secretaría de Educación, de los rectores y de todos los docentes. La Secretaría puede promover acciones permanentes de actualización, propiciando escenarios de capacitación y encuentros de docentes por áreas. Cada rector en su institución procura desarrollar una ética empresarial, es decir, liderazgo, racionalidad, eficiencia y motivación en las personas que conforman el equipo de trabajo; y, además, realizar de manera periódica, eventos pedagógicos: seminarios, foros, conferencias y fortalecer los semilleros de investigación.


Los gobernantes de turno se hacen responsables de la infraestructura física de las escuelas y colegios: reparaciones pertinentes de las aulas, salas laboratorios, de informática y escenarios deportivos. Un aula múltiple para eventos culturales y reuniones de la comunidad. La biblioteca debe permanecer abierta durante la jornada escolar, con una persona capacitada para cumplir con eficiencia sus funciones.


En la articulación con el SENA, las instituciones rurales, los rectores y la Secretaría de Educación pueden analizar la posibilidad de incluir, además de informática y medio ambiente, otros programas que tengan afinidad con el trabajo de la población, por ejemplo: en el colegio del corregimiento de Guacoche, cuya tradición laboral es la elaboración de tinajas en arcilla, se puede incluir el programa de alfarería, a fin de que los estudiantes aprendan nuevas técnicas de producción de otros de utensilios, con el mismo material. Algo similar ocurre en el colegio de Valencia de Jesús, en donde la especialidad artesanal es hacer ladrillos. En los pueblos de tradición agrícola, se podrían implementar programas de huertas caseras o patios productivos, y desarrollar el proceso de compostaje para obtener abono orgánico.


En las actividades complementarías que desarrolla el SENA se podrían vincular docentes con las afinidades respectivas: en Ciencias Naturales, con las huertas en el colegio y en los patios de los estudiantes; en Educación Artística, con artesanías y manualidades… He sido reiterativo con la propuesta de las huertas en zonas rurales, y en las ciudades en los colegios que tienen espacios suficientes. Un ejemplo que se podría imitar en entornos académicos es el “huerto comunitario” de la Institución Educativa Leónidas Acuña, que el ingeniero ambiental Dúber Vides viene desarrollando desde 2017, y que representó a Valledupar en la COP16 (Cali, 2024), en «Conferencia de las Partes» de la Organización de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica.


El secretario de Educación Municipal, Camilo Pinto Morón, resaltó la trascendencia de esta experiencia, que busca generar una cultura ambiental sostenible. Respetuosamente lo invitamos a asumir el liderazgo, a fin de que este proyecto sea el modelo a desarrollar en Valledupar, en los colegios que tienen extensos terrenos, entre ellos: La Esperanza, Milcíades Cantillo, Consuelo Araújo. Y en lo posible, en todos los colegios rurales de Valledupar. Hacemos extensiva esta invitación a la secretaria de Educación Departamental, Jasmín Rocío García, para implementar este proyecto en el departamento del Cesar.

Por José Atuesta Mindiola

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